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viernes, 15 de octubre de 2010

Patraña de García al descubierto


Mientras el mandatario da el caso por cerrado, LA PRIMERA descubre que sujeto que se autoinculpó como autor de la agresión a joven voluntario no labora en empresa de limpieza que presta servicios a Essalud, la cual tiene en su directorio a militantes apristas.

La enredada historia del manazo propinado por el presidente Alan García contra un joven voluntario, el sábado 10 de octubre en el hospital Rebagliati, tuvo el miércoles último un nuevo pero sorprendente capítulo. En accidentada conferencia de prensa, el director del citado nosocomio, Wálter Higueras, presentó ese día a Óscar Javier Rachumí Luna –según dijo el funcionario–, supervisor de limpieza de Essalud, el mismo que se responsabilizó del cachetadón contra Richard Gálvez.

En su empeño de inmolarse a favor del primer mandatario, Rachumí mostró a la volada un fotocheck que al parecer lo acreditaba en el cargo que el director del hospital le había asignado en el encuentro con los periodistas. A pesar que no lo quiso enseñar al detalle, en el documento no sólo se logró distinguir su foto, así como sus nombres y apellidos, sino también el logo de una empresa llamada Silsa (Servicios Integrados de Limpieza S.A). Según su página web, esta compañía figura como una empresa que ofrece el servicio de limpieza y mantenimiento a Essalud (así como a otras empresas del Estado) y por ende al Rebagliati, nosocomio integrante de la mencionada institución.

No trabaja allí
Lo extraño del asunto es que cuando llamamos a Silsa para ver si se había tomado alguna medida disciplinaria respecto al incidente protagonizado por Rachumí el día del cachetadón contra Gálvez, nadie en esa empresa nos dio razón de su existencia.

Primero pedimos comunicarnos con su gerente general, Luis Enrique Serrano, con quien no pudimos hablar, pues cuando dijimos que éramos de LA PRIMERA y queríamos saber sobre Rachumí nos derivaron ante el gerente de Recursos Humanos, cuya asistente nos derivó, a su vez, a la Gerencia de Operaciones, donde una señorita de nombre Margarita (no nos quiso decir su apellido) señaló que no conoce al tal Rachumí y que nadie con ese apellido trabajaba allí.

¿Pero quién es este hombre, que hizo de bonzo en defensa de García? Según un documento de la Cancillería, Rachumí laboró como técnico en Logística, desde el 1 de abril de 2008, hasta junio de ese mismo año, cuando se realizó la Comisión Extraordinaria de Alto Nivel APEC.

El 2007, entre los meses de junio y julio, fue también proveedor de Sencico y ganó una adjudicación de menor cuantía en esta institución que capacita para la industria de la construcción, la misma que está adscrita al ministerio de Vivienda y Construcción.

También figura en el Registro Nacional de Proveedores (RNP), donde estuvo inscrito como proveedor del Estado desde el 20 de septiembre de 2008 hasta el 20 de septiembre de 2009.

Conexión Silsa
Llama la atención, sin embargo, por qué Rachumí ha mostrado un fotocheck de Silsa. Según pudo conocer LA PRIMERA, esta empresa de limpieza y mantenimiento, además de contratar con Essalud en todos los centros hospitalarios y de salud del país, también tiene actualmente entre sus principales clientes a otras instituciones estatales como Sunat, PetroPerú, Foncodes y los ministerios de Transportes y de Justicia, entre otras.

Esto no tendría nada de raro, si se toma en cuenta que varios miembros de su directorio tienen fuertes vínculos con el Partido Aprista. Es el caso de su presidente, José Flores Rubiños, quien ha sido militante aprista, e incluso fue en 2002 dirigente en la base aprista de Miami, Estados Unidos.

Otro de los miembros del directorio de Silsa, es Carlos Alberto Fonkén, de conocida filiación con el partido de la estrella. Tanto él, como Flores Rubiños, según denunció Vanguardia Aprista (un grupo disidente del APRA), son allegados de Mauricio Mulder, quien los cobijó en la Casa del Pueblo cuando era secretario general del partido. Este congresista también ha justificado la agresión de García contra el joven voluntario en desafortunadas declaraciones. “Ese ciudadano (Gálvez) tiene toda la traza de ser un loco y un provocador, así que buscó y recibió”, declaró.

Más compañeros
Pero no sólo Flores y Fonken tienen relaciones estrechas con el APRA. Sisi Magaly Silva Granados, otra de los miembros del directorio de Silsa, ha sido regidora de ese partido en Ferreñafe, donde formó parte de la Célula “Carlos García Ronceros”, (padre del jefe de Estado).

De ella se sabe que ha sido pareja de Chito Ríos, vinculado al Comando Rodrigo Franco y que ha postulado sin suerte por el APRA al Parlamento Andino. También que es muy amiga de Mercedes Cabanillas, incluso trabajó en el ministerio del Interior, cuando esta congresista aprista era la titular del pliego. En la página web de Silsa, también figura como miembro de su directorio Fernando Lazo Manrique, actual gerente general del ministerio Público, personaje muy cercano a la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz.

García da el caso por cerrado
Para el presidente Alan García la prensa tiene la culpa de que Richard Gálvez le haya gritado corrupto. “Lamento decirlo pero la actitud a la que a veces contribuye la prensa es que a los políticos los paren insultando en las calles y eso no está bien. Así como a la prensa no le gusta que cuando llega un desalojo les quiten sus cámaras y los insulten, tampoco hay que instigar a que a los políticos se les insulte en la calle”, señaló desde Cañete.

El jefe de Estado quiso dar por cerrado el caso y mostró su satisfacción de que Óscar Javier Rachumí haya salido a los medios a revelar que fue él quien golpeó al joven voluntario. “Lo que vi fue que otra persona se compraba el pleito y lanzó un golpe o bofetada, pero no soy acusete para decir que fue otra persona, felizmente esa persona ha aparecido”, dijo.

No lo querellará
Sobre la sugerencia de Javier Villa Stein para que presente una querella contra Gálvez, García agradeció el apoyo del titular de la Corte Suprema, pero descartó esa posibilidad. “Coincido con él, nadie tiene por qué dejarse insultar, las personas acostumbran lanzar denuestos y usted tiene que responder como pueda, el que calla otorga. La próxima vez lo haré, pero ahora que apareció la persona y que ha explicado de qué manera actuó para sancionar al infractor ya está bien sancionado”, concluyó.

“(Rachumí) es de seguridad del Estado”
Richard Gálvez reconoce a Óscar Rachumí Luna –el sujeto que se autoinculpó como autor de la cachetada en su contra–, como uno de los miembros de la seguridad presidencial que también lo golpeó. El joven voluntario de Kúrame recalca, asimismo, que el primer mandatario sí le metió un manazo.

-¿Exactamente qué es lo que le dijiste?
-Corrupto.

-¿Solamente eso?, porque dicen (Rachumí) que le has dicho hijo de puta, ratero…
-Exactamente, sólo eso, a viva voz. Es más, nadie le ha mentado la madre. Ratero, sí le han dicho (algunos de los que estaban allí). Cuando pasó lo de la cachetada, luego que le dije corrupto, él regresa luego caminando y su seguridad se da la vuelta en paso de trote. Este señor que dice ser jefe de limpieza, que sale del ascensor con el presidente, no entiendo qué hace un jefe de limpieza con el presidente, se pone en mi delante, bien pegado, y con la mano semilevantada (explica con movimientos del cuerpo cómo el jefe de Estado le propinó el golpe). No me esperaba el cachetadón de Alan García…

-¿Estás seguro que fue él?
-Por supuesto. Recalco y recalcaré hasta el final que fue el presidente. Este señor que dice que es jefe de limpieza (Rachumí), es el que se pone delante de mí y que después me agrede y me hace este golpe (muestra el tabique)…

-¿Tú lo reconoces?
-Por supuesto. Recalco que es seguridad del Estado…

-Pero dicen que es personal del hospital…
-No pues, eso lo han puesto. Como te digo, qué hace un personal de limpieza saliendo al lado del presidente. Después del golpe, la gente empieza a gritar. Como cuarenta o cincuenta personas gritando, es de Kúrame…el programa de voluntariado. Estaba con la campera puesta. El presidente tampoco pudo verla porque tenía al de seguridad delante de mí. El presidente me golpeó por detrás del de seguridad y con su cara así (hace un gesto hosco) que pone él. Después de la cachetada se va caminando hasta su carro y la gente le grita por detrás: abusivo, es una criatura, es de Kúrame, ratero, ratero. Una señora de al lado le decía El Frontón, El Frontón…

-¿Qué pasó luego?
-Se mete el presidente al carro. Arranca y se va. La gente se calla. Yo también reclamé. Esto es un abuso, dónde está mi derecho de expresión. La gente sentía en ese momento lo que el país también siente.

-¿No te agredieron, no te intervinieron después?
-Había dos camionetas color guinda con lunas polarizadas y delante cuatro motos como escoltas. Se van todos, pero una camioneta que estaba atrás se queda con su seguridad y vienen dos de ellos, este señor que se llama Óscar (Rachumí Luna), a agredirme. Si se llamará Óscar…

-¿Qué te hicieron?
-Uno viene y me tira un puntapié con un puñete en la cabeza. No me los esperaba, lo hicieron de manera intempestiva. Un señor X se mete y lo empuja. Como vino con otro miembro de seguridad, que no me agredió, se agarró con este señor y una señora con una cartera le da con su cartera. Se armó otro alboroto más grande que el que se armó con el presidente…La gente grita abusivo. Vienes dos agentes más y me quieren llevar. Me agarran de los hombros y me empiezan a llevar y yo les digo que me suelten, que ya pasó. La gente gritando que no me lleven. Hago un movimiento y me agarro a un macetero. Me jalan. Agarro el fierro con las dos manos y asegurarme con el fierro. Este señor (Rachumí) me empezó a golpear en la cara, en la nariz y después de este golpe ya no veía más. Sólo recibía golpes en la cabeza, esto (muestra yagas en las manos) de los jalones que me hicieron, el pie me lo patearon, la pierna, pero ya no me pudieron llevar con el grito de la gente, que no paraba. Pero sí se llevaron mi carné de voluntariado.

-Se fueron…
-Sentí que la camioneta se había ido y volteé la cabeza. La gente se me acerca. Vienen inmediatamente dos personas de seguridad, del mismo hospital, ya no de seguridad del Estado y me conducen al salón del programa de voluntariado. Me limpian la sangre. Me saqué los zapatos, porque los pies estaban hinchados.
Helio Ramos
Redacción

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