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sábado, 14 de octubre de 2017

El mito de la enfermedad mental Thomas S. Szasz



El mito de la enfermedad mental 
Thomas S. Szasz

Introducción 

«La ciencia debe comenzar por los mitos, y por la critica de los mit"-.» Karl R. Popper [1957, pág. 177]. 

Tarde o temprano, toda actividad científica llega a una encrucijada. Los hombres de ciencia deben decidir, entonces, qué camino seguirá. El dilema que enfrentan es este: 

«¿Cómo enfocaremos nuestro trabajo? 
¿Debemos considerarlo en función de sustantivos y entidades —p. ej , los elementos, compuestos, cosas vivientes, enfermedades mentales, etc.—, o de procesos y actividades, como el movimiento browniano. la oxidación o la comunicación?». 

No es necesario considerar el dilema en un plano abstracto para advertir que estos dos modos de conceptualización representan una secuencia evolutiva en el proceso de desarrollo del pensamiento científico. El pensamiento como entidad precedió siempre al pensamiento como proceso. Desde hace tiempo, la física, la química y algunas ramas de la biología complementaron las conceptualizaciones sustantivas con las teorías procesales. La psiquiatría, no. 

Alcance y métodos del estudio 

A mi juicio, la definición tradicional de psiquiatría —que aún está en boga— ubica a esta junto a la alquimia y la astrología, y la encierra en la categoría de seudociencia. Se dice que la psiquiatría es una especialidad médica qué se ocupa del estudio y tratamiento de la enfermedad mental. De igual modo, la astrología estudiaba la influencia que ejercían los movimientos y posiciones de los planetas en el destino y la conducta humanos. Estos son ejemplos típicos de casos en los que una ciencia se define por el tema que estudia. Estas definiciones desconocen por completo el método, y se basan, en cambio, en falsos sustantivos [Szasz, 1958a, 1959¿]. Las actividades de alquimistas y astrólogos —en contraste con las de químicos y astrónomos— no estaban delimitadas por métodos de observación e inferencia cuyo conocimiento estuviera al alcance dé todos. Del mismo modo, los psiquiatras evitan revelar plenamente y en forrna pública lo que hacen. En realidad, pueden hacer casi cualquier cosa, como terapeutas o teóricos, y, sin embargo, se los sigue considerando psiquiatras. Por consiguiente, la conducta de un determinado psiquiatra —como miembro de la especie «psiquiatra»— puede ser la de un médico, un sacerdote, un amigo, un consejero, un maestro, un psicoanalista o cualquier clase de combinaciones de estos. Es un psiquiatra en tanto sostiene que se orienta hacia el problema de la salud y la enfermedad mentales. Pero imaginemos por un momento, que ese problema no existe. Supongamos, además' que estas palabras se refieren a algo que no es más sustancial o real que la concepción astrológica de las influencias planetarias en la conducta humana. ¿A qué resultado llegaríamos? 

Los métodos de observación y de acción en psiquiatría 

La psiquiatría se encuentra en un punto crítico. Hasta ahora, la .regla, fue pensar en términos de (sustantivos)—p. ej., la neurosis, la enfermedad o el tratamiento—. 
El problema que se plantea es este: 
¿Continuaremos por el mismo camino o nos apartaremos de él, orientándonos hacia el pensamiento en términos de procesos? 
A la luz de este enfoque, en este estudio me propongo, primero, demoler algunos de los, principales sustantivos falsos del pensamiento psiquiátrico contemporáneo, y, segundo, establecer los cimientos de una teoría de la conducta personal en términos de procesos. 
En todas las esferas y actividades de la vida, incluida la ciencia, hay discrepancias entre lo que las personas dicen hacer y lo que en realidad hacen. 
Precisamente con respecto a esa discrepancia en la física", Einstein [1933] formuló en términos sucintos el principio del operacionalismo, que Bridgman [1936] convirtió luego en una filosofía sistemática de la ciencia: «Si ustedes quieren averiguar algo acerca de los métodos que utilizan los físicos teóricos, les aconsejo que se atengan en forma estricta a un principio: no presten atención a sus palabras sino a sus hechos.» 
Sin duda, no hay razones para suponer que este principio es menos válido para comprender los métodos —y, por ende, la naturaleza y el objeto— de la psiquiatría.
[......]

Crítica de la teoría médica de la hechicería

¿Qué pensaba Zilboorg cuando afirmó que los autores del Malleus habían borrado de un plumazo 2.000 años de conocimientos médicos y psiquiátricos?
¿Qué conocimientos médicos y psiquiátricos —dignos de este nombre— existían en esa época, que fueran pertinentes para los problemas que estudiaban los teólogos?
Los conceptos de la medicina galénica habrían sido, sin duda, inaplicables. Creo que el hombre medieval, sea que fuese médico, teólogo o lego, no poseía conocimientos médicos —y mucho menos «psiquiátricos»— que se relacionaran con el problema de la hechicería.
En realidad, no se necesitaban esos conocimientos, ya que abundaban las pruebas —para quienes quisieran valerse de ellas— .e que las acusaciones de hechicería se inventaban, por lo general, con el propósito de eliminar a determinadas personas, y que las confesiones era arrancadas por la fuerza mediante crueles torturas [Parrinder, 1958].
Por último, si la creencia en la hechicería era un «error médico» —que codificaba el equivocado
diagnóstico de «histeria» como «brujería»—, ¿por qué este error no se cometió con más frecuencia antes del siglo XII?

Con el fin de explicar la hechicería, Zilboorg ofreció una interpretación médica sin especificar la manera de usarla. ¿A qué clase de enfermedad sucumben los llamados «enfermos mentales»? ¿Será, acaso, a enfermedades como la paresia o el tumor cerebral, o quizás a problemas vitales que surgen —o, por lo menos, son precipitados— por problemas familiares y sociales, metas antagónicas, etc.? Quienes postularon la teoría médica de Ja hechicería no formularon, ni contestaron, por supuesto, ninguna de estas preguntas. La interpretación de Zilboorg, según la cual la acusación de hechicería implicaba la creencia fanática' en el libre albedrío, es simplemente falsa. Contradice el hecho empírico más obvio, esto es, que la mayoría de las brujas eran mujeres sobre todo viejas, pobres y prescindibles para la sociedad.
Por otra parte, el hecho de que las personas estuvieran poseídas por el demonio no se solía atribuir al libre albedrío de ellas; se consideraba, por el contrario, que ocurría contra su voluntad y su «mejor sentir». En consecuencia, los cazadores de brujas eran representantes de sus infortunadas clientes, y la ejecución de estas se definía como una medida «terapéutica». Esta definición desnaturalizada y antihumanitaria de la «terapia» y de la función del «terapeuta» persistió hasta nuestros días con respecto a lo que se denomina tratamiento de las principales enfermedades psiquiátricas [Szasz, 1957</].

La teoría médica de la hechicería ignora dos manifiestos determinantes sociales de la creencia en las
brujas y su corolario, la caza de brujas.
Primero, la creencia en Dios, Jesucristo y la teología cristiana no puede separarse del todo de la creencia en deidades perversas y sus cohortes (demonios, brujas,
hechiceros).
Segundo, la preocupación por las actividades sexuales de brujas y demonios es la contraparte de la actitud antisexual que la Iglesia Católica adopta en forma oficial. La quema de brujas y el énfasis puesto en la destrucción de sus cuerpos deben considerarse a la luz de las concepciones teológicas del hombre medieval. De acuerdo con estas, el cuerpo es débil y pecador; la salvación eterna del alma es la única meta digna del hombre [Huizinga, 1927]. Luego, el hecho de quemar cuerpos humanos en la hoguera debe haber sido un acto simbólico —que expresaba la adhesión a las reglas oficiales del juego (reglas como: el cuerpo es malo, el alma es buena; torturar el cuerpo es el camino más seguro para ennoblecer el alma, etc.)—, cuyo principal propósito era asegurar la persistencia de un importante mito o ficción social [Vaihinger, 1911].
En este sentido, podemos comparar la quema de brujas con la destrucción del whisky confiscado durante la época de la Ley Seca. Ambos actos daban reconocimiento oficial a una regla que pocas personas cumplían en la vida cotidiana. Durante la Edad Media, la conducta sexual era, en realidad, sumamente promiscua, si la medimos con nuestros patrones actuales [Lewinsohn, 1958].
En ambos casos, las leyes expresaban elevados ideales éticos que la mayoría de la gente no estaba dispuesta a seguir. La verdadera meta consistía, en cambio, en burlar hábilmente las leyes, para dar la impresión de que las acataban, y en asegurarse que hubiera otros que fueran sorprendidos y castigados por violarlas. Para esto se necesitaban víctimas propiciatorias.
En situaciones de este tipo, la función social de la víctima propiciatoria (el chivo emisario) consiste en desempeñar el rol de la persona que viola las reglas: se la atrapa y castiga como corresponde [Nadel, 1954, págs. 205-06].
Los contrabandistas de bebidas alcohólicas y toda la clase de gangsters organizados —los cuales surgieron cuando la Ley Seca imperaba en Estados Unidos— podrían considerarse víctimas propiciatorias que deben ser sacrificadas en el altar del falso dios de la abstinencia. Cuanto mayor es la discrepancia real entre las reglas de conducta establecidas y el verdadero comportamiento social, tanto mayor es la necesidad de sacrificar víctimas propiciatorias como medio de mantener el mito social de que el hombre vive conforme a las creencias y normas éticas oficialmente reconocidas.



viernes, 11 de agosto de 2017

La metáfora de las hojas en el río

nenufar21

Existe una serie de técnicas sencillas para combatir el miedo, la ansiedad o cualquier emoción desagradable que estemos sintiendo en un determinado momento.


Hoy vamos a ver a fondo en qué consiste la técnica de “la metáfora de las hojas en el río”.

Como decíamos, es una técnica muy sencilla de visualización y puede usarse tanto en momento desagradables como en momentos en los que deseas sentirte mejor o más positivo. 

Por ejemplo, cuando estés aburrido el trabajo o si experimentas estrés o ansiedad.



¿En qué consiste esta técnica?

– Liberarnos de emociones o pensamientos negativos
En primer lugar, deberemos cerrar los ojos (también puede realizarse con los ojos abiertos pero se recomienda que se cierren para que las imágenes sean más vívidas y nos centremos en aquello que pensamos con todos nuestros sentidos) e imagina un río. Mira como fluye el agua cada vez más rápido, cómo se va alejando cada vez más. Ahora piensa en aquello de lo que deseas librarte.

Pongamos un ejemplo: 

Supongamos que hoy te sientes triste y quieres librarte de esa tristeza que te apena. Saca esa tristeza de tu interior y dale forma, imagínate como desees, como una bola negra y áspera o como un nudo complicado y viejo, queda a tu imaginación.
Coloca esa bola, nudo o forma que le hayas dado a tu emoción en una hoja verde, bonita y lustrosa. 
A continuación, déjala flotando sobre el río. 
La corriente la arrastrará cada vez más y más lejos, hasta hacerla desaparecer.

Ponlo en práctica varias veces al día, cada vez que esa emoción negativa se apodere de ti.

– Atraer emociones o pensamientos positivos

Ahora vamos a hacer lo contrario. Imagina que el río lleva hasta a ti una hoja verde y fresca. En esa hoja se encuentra algo positivo que te gustaría sentir o tener, como la felicidad, el amor, la alegría o la vitalidad. 
Por ejemplo, puedes imaginar que esta hoja porta una bola grande y luminosa cuyo interior está repleto de felicidad.
Cuando la hoja llegue hasta ti, cógela e imagina que atraviesa su pecho, tu interior, inundándote de alegría y felicidad, haciéndote sentir pleno.

Esta técnica resulta muy beneficiosa cuando experimentamos emociones negativas como ansiedad, miedo o angustia, pensamientos dañinos como por ejemplo, los celos, o situaciones vitales negativas como las enfermedades.

miércoles, 2 de agosto de 2017

El desempleo genera problemas psicológicos y afecta la confianza



Por Elizabeth Landau


(CNN) — Michael Dixon lleva nueve meses sin trabajar y definitivamente no está relajándose en casa.

Vive en casa de una amiga sin pagar renta, pasa todo el día buscando oportunidades de trabajo y formas de ganar dinero en línea a corto plazo, y teme que si ve televisión durante unos minutos podría perder alguna oportunidad.

“Es como un sentimiento de ‘no puedo creer que esto me está pasando a mí’, y un sentimiento de desesperanza”, dijo Dixon, de 38 años. “Realmente empiezas a preguntarte quién eres”.
Dixon, un experimentado ingeniero de pruebas de software, sabe que no está solo en su crisis de desempleo. Millones de personas engrosan las filas de desempleados que han estado buscando desesperadamente un trabajo durante meses en Europa, Estados Unidos, México, entre otros.
Los psicólogos señalan que existen consecuencias serias en la salud mental al estar en la situación de Dixon por mucho tiempo.
Es común para las personas que han estado desempleadas durante seis meses o más mostrar signos de depresión, dice la piscoterapeuta Diane Lang. Los hábitos alimenticios se centran en alimentos reconfortantes (como carbohidratos y grasas), lo que lleva a comer compulsivamente. El estrés, la ansiedad y los pensamientos negativos dificultan que los buenos hábitos de sueño, lo que resulta en fatiga y letargo.
“Estar desempleado es una de las experiencias más difíciles y más devastadoras que las personas atraviesan”, dijo Robert L. Leahy, director del Instituto Americano para Terapia Cognitiva en Estados Unidos y autor de The Worry Cure (La cura de la preocupación).
La investigación sugiere que estar desempleado duplica la posibilidad de una persona de tener un episodio depresivo mayor y el desempleo también está fuertemente asociado con violencia doméstica y abuso del alcohol, dijo Leahy. El desempleo también está asociado con un mayor riesgo de suicidio, a menudo por el vínculo con la depresión, según el Centro de Investigación y Prevención del Suicidio en Estados Unidos.
Los hombres con hijos tienden más que las mujeres con hijos a ver el desempleo como una derrota, dijo Leahy, quizá porque las mujeres tienden más a ver la falta de trabajo como una oportunidad para pasar más tiempo con la familia.
La salud física también puede desmejorar; pueden presentarse nuevas condiciones médicas como la hipertensión y la diabetes tras la pérdida de trabajo, dijo Leahy. Hay sugerencias de que el desempleo incluso puede llevar a enfermedades cardiovasculares, aunque es difícil probar que la pérdida de trabajo cause daños al corazón.
Las tensiones en las relaciones íntimas pueden surgir como resultado del desempleo, debido a que la frustración entre parejas puede conllevar preocupaciones financieras, dijo Leahy. Pero las tasas de divorcio han sido más bajas entre los desempleados, quizá porque es más difícil tomar grandes decisiones como a dónde mudarse o cómo vender una casa mientras se busca trabajo.
Algunos desempleados se aíslan socialmente y no disfrutan las actividades que alguna vez disfrutaron porque se sienten incómodos y avergonzados por su situación, dijo Lang.
Pueden sentirse desesperanzados, confundidos y abrumados. Los síntomas físicos también pueden incluir dolores en las articulaciones y cuerpo.
Incluso si estás tratando de dejar de ser desempleado, la búsqueda de trabajo en sí trae estrés significativo: la investigación sugiere que los trabajadores desempleados que activamente se comprometen en actividades para buscar trabajo son más propensos a tener peor salud mental, según un estudio de 2005.
No todos contraen depresión clínica como resultado del desempleo, pero es una preocupación, dijo Lang. Los amigos y familia de los desempleados deben estar atentos a ciertas señales de advertencia como: tristeza, falta de energía, insomnio e irritabilidad.

Lidiar mentalmente con el desempleo

Quizá lo primero que tienes que hacer si estás desempleado es: validar tu derecho a sentirte miserable, dice Leahy. “Eres un ser humano. Tienes derecho a sentirte infeliz”.
Pero en lugar de rumiar, podrías tomar un papel proactivo en la búsqueda de un nuevo trabajo y cuidarte. Trata de adquirir nuevas habilidades o relaciones sociales.
Mantener una agenda consistente ayuda a las personas que podrían sentirse abrumadas ante la perspectiva de otro día sin trabajo, dicen los expertos. Grafica en qué momentos del día estarás buscando trabajo, cuándo estarás enviando tu CV y a qué hora comerás.
El tiempo estructurado y la actividad física han sido ligados con una mayor salud mental en investigaciones. Asegúrate de ejercitarte, dice Lang. Simplemente caminar algunas veces a la semana cuando estás triste puede ayudarte a volver a sentirte fuerte. Dixon se ha sentido mucho mejor desde que empezó a practicar rutinas de 20 minutos de ejercicios en video.
El apoyo de la familia y los amigos es crucial y, si la persona se deprime seriamente, él o ella debe buscar asesoría.
Puedes encontrar satisfactorio hacer trabajo voluntario, lo que te puede ayudar a hacer conexiones que eventualmente te dirijan a un trabajo, o a nuevos amigos, y mejorar tu autoestima ayudando a otros.
Uno de los expacientes de Leahy era un actor desempleado; Leahy lo animó a pensar qué otra cosa podría hacer. El actor regresó a la escuela y ahora es enfermero psiquiátrico. “Ser flexible y abierto es extremadamente valioso”, dijo Leahy.

Cómo lo enfrentan las personas

Dixon tiene la sensación de que está siendo rechazado a favor de otros que ya tienen trabajo o están más entrenados en el extranjero. “Mientras más tiempo pasan sin trabajo, piensan que algo anda mal con ellos”, dice. “Es un ciclo muy desagradable que te daña psicológicamente. Te hace dudar de ti mismo”.
Jannet Walsh, de 48 años, también siente la tensión mental del desempleo. La fotoperiodista ha estado sin trabajo desde que fue despedida de una pequeña publicación en agosto del 2011. Desde entonces, ha enfrentado innumerables rechazos en otras posiciones.
En sí no se siente deprimida, pero está buscando diferentes formas de mantenerse optimista. Hace unas cuantas semanas, fue a un campo a la orilla de su pequeña ciudad y pintó una acuarela del atardecer. También está intentando rediseñar su página web.
“Te enfocas tanto en ‘tengo que encontrar un trabajo, tengo que encontrar un trabajo’; tienes que crear algo positivo de todo lo negativo que estás recibiendo”, dijo Walsh.






lunes, 17 de julio de 2017

Ortorexia y vigorexia: ¿nuevos trastornos de la conducta alimentaria? R. Muñoz y A. Martínez.


Resumen:
En la sociedad de consumo actual, donde los valores predominantes son el culto al cuerpo y la salud, encuentran un caldo de cultivo perfecto nuevas alteraciones como la ortorexia y la vigorexia.
Palabras clave:
Ortorexia, vigorexia, estética, imagen corporal, conducta alimentaria.


Introducción
La sociedad de consumo, de finales del siglo XX y principios del XXI, en su afán por vender recurriendo, muchas veces, a una publicidad engañosa, nos ha llevado al surgimiento de nuevas alteraciones relacionadas con la ilusoria búsqueda de la perfección física y la “salud total”.
Según Turón, el culto a lo sano, es un deseo de alimentar no ya el cuerpo, sino la diferencia. “La gente quiere diferenciarse de la masa y, para ello, hay quien presume de sufrir alergias o de que su estómago es tan delicado, que sólo acepta los productos naturales”. Menciona que “la cocina ecológica está muy bien, pero siempre que venga aliñada con sensatez”. “La Humanidad ha pasado hambre durante siglos por no saber congelar; botulismo, por falta de conservantes… Ahora que hemos inventado los artículos industriales, tenemos que admitir sus ventajas y saber que no hay víveres biológicos para todos”.
Y, paradojas de la vida, hay quien se obsesiona por la comida sana hasta llegar a enfermar.
Aunque todos estamos expuestos a la presión del consumo, no todos tenemos la misma predisposición para ver alterada nuestra conducta. Esto va a determinar que algunas personas, por ejemplo con rasgos obsesivos, terminen desarrollando nuevas alteraciones como la ortorexia y la vigorexia.

1.- Ortorexia
Esta nueva alteración, fue definida por primera vez por el médico norteamericano Steve Bratman en un libro publicado en el año 2.000 en EEUU, que lleva por título Health Food Junkies. El citado autor ya había acuñado el término en 1996. Este proviene del griego (ortho, justo, recto, y orexia, apetencia) y vendría a significar “apetito justo o correcto”. Pero en realidad se entiende por ortorexia la obsesión por la comida sana, hasta un nivel que cabe considerar patológico.
Bratman fue médico generalista y miembro del movimiento de alimentos naturales de EEUU durante 25 años. Era un fervoroso seguidor del poder de la dieta para curarlo todo -o casi todo- y alcanzar así la salud. En la década de los 70 fue cocinero y agricultor orgánico en una gran comunidad en Nueva York. Esta comunidad, estaba formada por gente de diferentes campos dietéticos, que poseían un conjunto de teorías contradictorias sobre lo que era “una buena alimentación”. En medio de todo este caos, Bratman acabó por componer su propia dieta consistente, únicamente, en vegetales recién recogidos del huerto, que masticaba al menos 50 veces antes de tragarlos. Al igual que muchos otros ortoréxicos, sus restricciones dietéticas se fueron volviendo cada vez más inflexibles. Animaba a los demás, a seguir su ejemplo y a castigarse cuando probaban una pequeña porción de algún alimento, que él consideraba prohibido.
Necesitó varios años para lograr desprenderse de estos hábitos. En la actualidad es un profesional de las medicinas alternativas, que hace campaña, en contra de lo que considera una dedicación excesiva a las dietas estrictas, que pueden impedir que el cuerpo, se beneficie de una nutrición básica. Según Bratman, la mayor parte de estas dietas, si se siguen rigurosamente, pueden conducir a la ortorexia que, como muchos de los trastornos alimentarios, guarda mayor relación con el control psicológico, que con determinados alimentos.
Aunque la ortorexia no ha sido reconocida oficialmente en los manuales terapéuticos de trastornos mentales, los escasos estudios en torno a ella sí parecen confirmar que detrás de la obsesión por un menú escrupulosamente limpio subyace con frecuencia un trastorno psíquico.
La preocupación patológica por la comida sana lleva a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas, además de aquellas sustancias que hayan sufrido alguna clase de “condena o superstición”. Esta práctica puede conducir muchas veces a que se supriman la carne, la grasa y algunos grupos de alimentos que, en ocasiones, no se reemplazan correctamente por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales.
1.1-Sintomatología
Aunque todavía no están lo suficientemente contrastados, existen algunos criterios diagnósticos para la ortorexia, que según Bratman serían:
a) Dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana.
b) Preocuparse más por la calidad de los alimentos, que del placer de consumirlos.
c) Disminución de su calidad de vida, conforme aumenta la pseudocalidad de su alimentación.
d) Sentimientos de culpabilidad, cuando no cumple con sus convicciones dietéticas.
e) Planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente.
f) Aislamiento social, provocado por su tipo de alimentación.
La respuesta afirmativa a estas y otras cuestiones similares permitirían, según Bratman, diagnosticar ortorexia nerviosa y sus grados.
También se consideran síntomas algunas conductas relacionadas con la forma de preparación -verduras siempre cortadas de determinada manera- y con los materiales utilizados -sólo cerámica, sólo madera, etc.-, ya que también forman parte de los rituales obsesivos. En definitiva, la vida cotidiana se ve afectada
.
1.2-Diferencias con otros Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)
Las diferencias de la ortorexia con respecto a otros TCA está en que mientras en la Anorexia y Bulimia Nerviosas el problema gira en torno a la “cantidad” de comida, en la ortorexia gira en torno a la “calidad”.
La persona que sufre ortorexia no está preocupada por el sobrepeso, ni tienen una percepción errónea de su aspecto físico, sino que su preocupación se centra en mantener una dieta equilibrada y sana.
1.3 Consecuencias de la Ortorexia
1.3.1-Las consecuencias físicas, son las mismas que las que una inadecuada alimentación puede provocar: desnutrición, anemias, hipervitaminosis o en su defecto hipovitaminosis, carencias de oligoelementos, hipotensión y osteoporosis, etc. Así como, en fases avanzadas, trastornos obsesivos-compulsivos relacionados con la alimentación. La propia carencia de vitaminas como la B12 provoca alteraciones del comportamiento, que acentúan todavía más en su obsesión.

1.3.2-Consecuencias psicológicas: tales como depresión, ansiedad e hipocondriasis.
1.4-Factores predisponentes:
-Normalmente, quienes sufren de ortorexia, son personas muy estrictas, controladas y exigentes consigo mismas y con los demás.
-Con comportamientos obsesivo-compulsivos y predispuestas genéticamente.
-La ortorexia parece no afectar a los sectores marginales, sino más bien al contrario, ya que éste tipo de comida es mucho más cara que la normal y más difícil de conseguir. De hecho, es en los países desarrollados, donde las personas tienen mayores posibilidades de preocuparse por los ingredientes de los alimentos que compran en los supermercados.
-Las mujeres, la adolescencia y quienes se dedican a deportes tales como el culturismo, el atletismo y otros, son los grupos más vulnerables ya que en general son muy sensibles frente al valor nutritivo de los alimentos y su repercusión sobre la figura o imagen corporal.
-Se ha observado también, que muchos pacientes que han sufrido anorexia nerviosa, al recuperarse optan por introducir en su dieta sólo alimentos de origen natural, cultivados ecológicamente, sin grasa o sin sustancias artificiales que puedan causarles algún daño.
En general, existe un deseo de verse perfectos, lo que coincide con otros trastornos de la conducta alimentaria tales como la anorexia y bulimia nerviosas.
Son las mujeres más jóvenes las más afectadas imitando, en ocasiones, a famosas actrices o modelos, muchas veces excéntricas pero con gran influencia.
No es difícil encontrar famosos que han proclamado a la prensa sus manías alimenticias sin darse cuenta de que, tal vez, confesaban ser víctimas de la ortorexia. Ejemplo de ello es el diseñador Jean Paul Gaultier, que confiesa tomar, diariamente, 68 zumos de naranja. Por otra parte, artistas como Julia Roberts, (consume diariamente varios litros de leche de soja y siempre lleva encima un envase de ella), Wynona Rider, (sólo toma Coca-Cola orgánica), Jennifer López, (sólo come tortillas hechas con clara de huevo) o Mel Gibson (no come nunca pechuga de pollo porque cree que hace aumentar las mamas) son algunos otros ejemplos de estos famosos personajes. En cuanto al desaparecido Marlon Brando, sólo consumía yogures previamente analizados para certificar que no contenían grasas. En fin, unos y otros, son ejemplos de famosos orgullosos de su “alimentación sana”.

1.5-Datos demográficos.
En España, actualmente, se desconoce la prevalecía de éste trastorno ya que es un fenómeno muy novedoso y no hay datos suficientes sobre las personas afectadas.
En Estados Unidos el libro de Bratman (único manual publicado sobre ortorexia) ha sido un éxito y no es de extrañar si tenemos en cuenta que durante el pasado año se estima que más de 5.000 personas habían sufrido ingresos relacionados con éste
trastorno
En Diciembre del 2003, Kate Finn murió de ortorexia. La inanición le produjo un paro cardíaco. En un artículo, la propia Kate, contaba que le diagnosticaron Anorexia Nerviosa. Se resistió al diagnostico y al tratamiento recomendado. No estaba de acuerdo, pues ella no tenía miedo de estar gorda. Tampoco de estar delgada. El peso, la imagen, no eran el problema. Ella solo quería comer alimentos saludables, quería “estar sana”.

1.6 Modelo Explicativo
Actualmente la oferta alimentaria es más amplia que nunca, pero también estamos en una época, en que el exceso de información, no siempre es del todo veraz o contrastada.
La influencia de los medios de comunicación, que cada vez dedican más tiempo y espacio a temas dietéticos y a escándalos en víveres de consumo, ha podido incidir en la emergente proyección de los problemas mentales y en trastornos endocrinos. Esto provoca que muchas personas decidan optar por un tipo de alimentación que, en ocasiones, puede ser más perjudicial que beneficiosa.
Según Bratman, entre las razones que pueden conducir a la ortorexia están la obsesión por buscar una mejor salud, el miedo a ser envenenado por la industria alimentaria y sus aditivos o, curiosamente, haber encontrado una razón espiritual para comer un determinado tipo de alimento. Las victimas de estas alteraciones, esperan obtener todo tipo de beneficios físicos, psíquicos y morales.
No hay que confundir nunca la preocupación por una vida sana con la obsesión. Una persona vegetariana o macrobiótica, no necesariamente sufre esta enfermedad.

1.7-Tratamiento
Al igual que en la Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa y todos los TCA, es más costosa la recuperación psicológica que la física, ya que hay que eliminar todas las conductas que el ortoréxico ha ido adoptando a lo largo de un largo periodo de tiempo.
No se especifica un tratamiento diferente al del resto de TCA .Por lo que se entiende, que debe ser tratado por un equipo interdisciplinario y desde una orientación, preferentemente, cognitivo conductual.
Respecto a la prevención, al ser una patología nueva, no existe una prevención específica.

1.8- Estudios empíricos sobre ortorexia
Hasta ahora, uno de los estudios más relevantes ha sido el llevado a cabo entre estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León (México) para ver el grado de conocimiento sobre esta alteración y en qué medida podían estar afectados por ella. Los resultados más importantes fueron:
Vemos que el 72% de los encuestados no conocían el término ortorexia; el resto (28%) sí tenían alguna idea sobre dicho término.
En cuanto a la afectación por ortorexia, el 90% presentaban algún grado de afectación, leve o moderada.
También se analizaron las posibles diferencias de género en cuanto al grado de afectación. Así, no presentaban indicios de ortorexia un 8% de las mujeres frente al 12% de los hombres. La distribución por grados fue:
Mientras la afectación leve es mayor en las mujeres, el porcentaje de afectación en grado moderado es mayor en los varones
Conclusiones y Recomendaciones
De acuerdo con los resultados obtenidos, la gran mayoría de los sujetos desconocen el término o el significado de la ortorexia y sin embargo presentan un grado leve de este trastorno.
Llama la atención que aun padeciendo, aunque sea de manera leve, este trastorno, la mayoría de la población desconoce por completo la ortorexia y los efectos que esta puede causar en su salud.

2.- Vigorexia
Hace más de una década, Pope et al. (1993) descubrieron, cuando exploraban los efectos secundarios del abuso de esteroides anabolizantes en personas que utilizaban gimnasios, que ciertos culturistas con largas historias de consumo de hormonas esteroideas, llegaban a mostrar comportamientos psicóticos. En estos trabajos se dieron cuenta de que otro trastorno, relacionado con la imagen corporal, estaba afectando a ciertos culturistas.
Este nuevo trastorno se refería a un deseo de ganar masa magra, no grasa, y una alteración de la imagen corporal, por la cual se veían pequeños y débiles cuando realmente eran grandes y musculosos. Los sujetos afectados tenían pensamientos obsesivos sobre su cuerpo y realizaban una práctica de ejercicio físico compulsiva para agrandarlo. Su vida psicológica y social se veía afectada porque preferían estar todo el tiempo en el gimnasio o evitaban situaciones donde los demás pudieran ver lo poco musculosos que estaban. Además la dieta era muy estricta y la suplementaban con sustancias proteicas, “quema grasas” u hormonas anabolizantes.
En un principio esta sintomatología parecía contraria a la de la anorexia nerviosa, de ahí que la llamaran, anorexia inversa (reverse anorexia). En posteriores trabajos los mismos autores la han denominado “Complejo de Adonis”. Otros autores han ido matizando el término, ya que no parece tanto un trastorno del comportamiento alimentario como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa, sino mas bien un trastorno somatomorfo, de ahí que se hayan sugerido también términos como dismorfia muscular o vigorexia.

2.1- Sintomatología
Para Baile (2005), las manifestaciones clínicas más importantes de la vigorexia serían:
- Preocupación por ser débil o poco musculoso.
- Incapacidad de ver con objetividad el propio cuerpo, aun teniendo un cuerpo grande y musculado, que deriva en insatisfacción corporal. Permanente autoobservación en el espejo para comprobar el tamaño de los músculos.
- Pensamientos obsesivos y permanentes sobre no ser suficientemente grande, ser demasiado pequeño o sobre cómo mejorar de aspecto.
- Pobre conciencia sobre su incapacidad de verse con objetividad.
- Ansiedad o depresión por sus sentimientos negativos hacia su cuerpo. Autoestima afectada.
- Conductas alteradas con respecto a la imagen corporal, evitar sitios públicos donde se vea el cuerpo, llevar ropas especiales…
- Necesidad compulsiva de realizar ejercicio con pesas para incrementar el tamaño corporal.
- Afectación de la vida social, familiar y sentimental por el cuidado del cuerpo, el entrenamiento y/o la dieta.
- A veces consumo de sustancias peligrosas para el desarrollo muscular (el consumo de hormonas es siete veces mas usual entre personas con vigorexia que entre culturistas no vigoréxicos). Excesivo control de la dieta.

-Abuso de esteroides anabolizantes y suplementos alimenticios
En relación con esto último, una de las tendencias patológicas que se observa en los sujetos vigoréxicos, frente a los culturistas no vigoréxicos, es su necesidad de incrementar su masa muscular, por lo que son proclives al consumo de hormonas esteroideas. Este aspecto nos lleva a considerar la existencia de todo un mundo de productos alimenticios, complejos vitamínicos, sustancias orgánicas y sintéticas alrededor del mundo del culturismo. Incluso se les ha dado el nombre específico de sustancias ergogénicas o que ayudan a crecer.


¿Qué tipo de productos adquieren los culturistas para complementar su alimentación habitual?:
- suplementos alimentarios compuestos fundamentalmente por proteínas extraídas del suero de la leche o del huevo (en algunos casos al 90% de concentración), en presentación en polvo, barritas o batidos.
- complejos vitamínicos, a veces acompañados con minerales y electrolitos.
- sustancias existentes en el propio organismo como la carnitina o la creatina, que favorece el aumento del volumen muscular y/o hacen aprovechar al máximo la energía muscular.
- esteroides anabolizantes. Productos farmacológicos utilizados para aumentar la masa muscular y perder grasa; su comercio y consumo fuera del sistema sanitario no esta permitido.
- hormona del crecimiento humano.
- diuréticos, insulina, cafeína…
Respecto al consumo de esteroides es bastante común en algunos países. Se estima que en EEUU los consumen entre el 4 % y el 11 % de los hombre no culturistas, y del 0,5 % al 2,5 % de mujeres, datos que se disparan hasta el 75 % en los participantes en competiciones de culturismo (Wroblewska, 1997).


Un informe de la Comisión Europea revela que un 6% de las personas que acuden a un gimnasio se dopan. Más de 20.000 centros en el viejo continente tienen inscritos más de 15 millones de clientes, por lo que serían unas 900.000 personas las que se dopan en toda Europa.
Merece la pena recordar, en este punto, los efectos del abuso de esteroides:
Específicos en el hombre:
- ginecomastia: desarrollo de las mamas
- infertilidad
- atrofia testicular: reducción del tamaño de los testículos
- calvicie
Efectos específicos en la mujer:
- crecimiento del vello facial
- crecimiento del clítoris
- redistribución de la grasa corporal hacia formas mas masculinas
- reducción del tamaño de las mamas
- perdida del cabello
- cambios en la voz
Efectos en ambos sexos:
- hipertensión arterial
- riesgo de ataque al corazón
- aumento del tamaño del ventrículo izquierdo del corazón
- acne
- paralización del crecimiento óseo
- efectos psiquiátricos:
* tendencias suicidas
* manía, delirios y agresividad
Es importante conocer estos efectos ya que la mayoría de personas que acuden a tratamiento por vigorexia lo hacen por ginecomastia, atrofia testicular, acné, calvicie o agresividad, efectos todos del abuso de esteroides.


El Comité Olímpico Internacional (COI) presentó las conclusiones de un estudio en el que se apuntaba “la necesidad de un mayor control de calidad” en los suplementos alimenticios y de “una mayor implicación de los gobiernos y de la industria del sector”. El informe reveló que más del 14% de los productos analizados estaba contaminado con sustancias que no se indicaban en la etiqueta y, a su vez, podrían dar positivo en un control antidopaje.


El estudio de la Comisión Médica del COI investigó, a nivel mundial, 634 suplementos, de los que 94 resultaron sospechosos. Por porcentajes, Holanda y Austria encabezaban la lista, con 8 de 31 (25,8%) y 5 de 22 (22,1%), respectivamente. En España, 4 de los 29 (13,8%) dieron positivo en el análisis. Otros ejemplos son el Reino Unido, con 7 de 37 (18,9% y Estados Unidos con 45 de un total de 240 (18,8%). En otro país del sur de Europa, Italia, había 5 productos sospechosos de un total de 35 (14,3%).
Desde 1997, el organismo internacional viene alertando del riesgo potencial por el uso de estos complementos dietéticos y recomienda a los profesionales no tomarlos.
Algunos ejemplos de páginas que venden estos productos en Internet son:

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Aumente peso muscular, con creatina consiga unos músculos poderosos.
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-Suplementos culturistas
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2.2-¿Qué tipo de trastorno es la vigorexia? 

¿Es un TCA?

El criterio general que se utiliza para incluir un problema de salud como TCA es que la principal característica sea una “alteración grave de la conducta alimentaria”, acompañada de “alteraciones en la percepción de la forma y el peso corporales”.
Hay casos de vigorexia en los que la alimentación es extrema en cantidad y reducida en variedad (dieta basada en consumo de proteínas y nada de grasa), pero no ha sido comprobado de forma sistemática que los sujetos con vigorexia tengan una conducta alimentaria patológica, y ningún autor ha propuesto este aspecto como criterio definitorio. Si que parece que anorexia, bulimia y vigorexia comparten una alteración de la imagen corporal, en los tres trastornos los afectados no ven el tamaño y la forma de su cuerpo tal y como es.


¿Es un trastorno somatomorfo?
Estos trastornos son aquellos en los que los sujetos que los padecen informan de ciertos síntomas físicos que podrían corresponder con una enfermedad médica, enfermedad que no existe realmente. Los sujetos no inventan ni fingen los síntomas, sino que realmente los sienten como tales y los creen padecer. Esta sintomatología afecta a la vida del individuo provocando malestar y alterando sus relaciones sociales, laborales, familiares, etc.
Dentro de los trastornos somatomorfos, está el trastorno dismórfico corporal (TDC), que consiste en una preocupación por algún defecto imaginado del aspecto físico. Cuando hay leves anomalías físicas la preocupación del individuo es excesiva. Esta preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. La preocupación no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (por ejemplo, insatisfacción con el tamaño y la silueta corporal en la anorexia nerviosa). La vigorexia ha sido propuesta como una variante del TDC, pues los sujetos manifiestan como síntoma central y crucial, ver su cuerpo como pequeño y débil, cuando realmente no lo es.
En la revisión que periódicamente se realiza del manual de diagnóstico DSM se intentan matizar criterios diagnósticos y ampliar la información disponible de los trastornos desde que se editó la última edición. En la revisión de la cuarta edición, DSM IV-R (2002), dentro de la información que se acompaña a los criterios diagnósticos del TDC, se recogen como síntomas y trastornos asociados, los problemas con la visión de la masa muscular que tienen ciertos deportistas, información que hasta ahora no había sido incluida. Puede interpretarse como un intento de que la vigorexia sea diagnosticada como TDC.


¿Es un trastorno obsesivo?
Actualmente se considera que existen un conjunto de trastornos que se encuadran dentro del espectro obsesivo-compulsivo (Candil, 2002), ya que probablemente comparten bases biológicas, características clínicas y respuestas terapéuticas, que son: la hipocondría, el TDC, la anorexia nerviosa, los trastornos de despersonalización, el juego patológico y las obsesiones y compulsiones sexuales.
En la vigorexia, se observa que los sujetos muestran conductas obsesivas y compulsivas. Les invaden pensamientos obsesivos y recurrentes sobre su imagen, su escasa musculatura y sobre que deberían de hacer para mejorarla y estos sujetos se lanzan de forma compulsiva a realizar ejercicio físico para compensar ese “defecto” de su cuerpo, que es la falta de suficiente tamaño muscular. Todo esto puede hacer pensar que estamos ante un TOC.
En conclusión, según Baile (2005), mientras no se considere la vigorexia como un trastorno con entidad propia y así sea considerado por la comunidad científica internacional, los sujetos que muestren esta sintomatología podrían ser clasificados en uno de los tres trastornos, en función de cuál sea el núcleo central de su trastorno: la conducta alimentaria, la afección de su imagen corporal o sus obsesiones-compulsiones.


Con la información disponible, quizá la vigorexia encaja mejor como una variante del TDC, dado que su excesiva preocupación por su imagen corporal parece ser el síntoma central de la patología, sobre la cual se desarrollan las demás.


2.3-Datos demográficos.
No se dispone de estudios epidemiológicos, por lo que los datos que hay son estimaciones.
Prevalencia
Se ha estimado que podría afectar entre el 1 y el 10% de los usuarios habituales de gimnasios.
Pope (1993) llega a decir que de los 9 millones de estadounidenses que van al gimnasio, un millón estarían afectados de anorexia inversa.
En España las estimaciones que se han propuesto los sitúan a los afectados en torno a los 20.000. Teniendo en cuenta que somos 42 millones, la tasa de prevalencia sería de 0,048% en la población general, si consideramos que afecta principalmente a hombres, afectaría a 1 de cada 2.000.
Otras estimaciones señalan que de los 700.000 casos de anorexia que puede haber en España el 10% serían varones y de estos 1/3 habrían llegado a la anorexia desde la vigorexia.
Género
Se cree que es un trastorno típicamente masculino y en esto puede influir la presión social predominante sobre lo que es bello que en el hombre es el tener un cuerpo musculado y sin grasa y en la mujer la delgadez extrema. Se estima en torno al 80% hombres y el 20% mujeres.
Edad
Hay discrepancias según los autores. Así, se habla de que la mayoría de los afectados se sitúa entre los 15 y 30 años para unos autores, para otros entre los 23 y 37 e incluso entre 18 y 35. Sesgos metodológicos son el origen de estas diferencias que en todo caso permiten resumir diciendo que entre los 15 y los 35 o 40 años se van a situar la gran mayoría de afectados.

Nivel socioeconómico
Teniendo en cuenta que gran parte de los vigoréxicos hace todo lo posible por aumentar su masa muscular y para ello toman complejos proteicos y suplementos, hormonas esteroideas y medicamentos para contrarrestar sus efectos negativos (que muchas veces consiguen en el mercado negro), podemos sospechar que la vigorexia no es compatible con economías débiles, sino con un nivel socioeconómico medio-alto.
2.4- Comorbilidad.
En uno de los últimos trabajos sobre vigorexia (Pope et al., 2000) se compararon culturistas con dismorfia muscular y culturistas que no tenían dismorfia muscular lo que proporcionó las siguientes conclusiones:
- Más de la mitad de culturistas vigoréxicos tenían poca conciencia de que su preocupación por su pequeñez era inadecuada.
- Los sujetos vigoréxicos presentaban importantes síntomas obsesivos, por ejemplo, el 50% señalaba dedicar más de tres horas diarias pensando en sus músculos.
- El 58% de los culturistas con vigorexia indicaban moderada o severa evitación de actividades, lugares o personas porque realmente creían tener un cuerpo defectuoso.
- El 54% de los vigoréxicos mostraba poco o nada de control sobre su necesidad compulsiva de hacer levantamiento de pesas o mantener regímenes alimentarios.
- El 58% de los vigoréxicos en comparación con el 20% de los culturistas no vigoréxicos referían haber padecido algún tipo de alteración depresiva.
- En cuanto a trastornos ansiosos, el 3% de los culturistas no vigoréxicos informaban de haberlos padecido frente al 29% de los vigoréxicos.
- Igualmente el 29% de los vigoréxicos informaba de haber padecido anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o atracones frente a ninguno de los culturistas no vigoréxicos.
- El 46% de los vigoréxicos informaban del uso de hormonas esteroideas anabolizantes, frente al 7% de culturistas no enfermos de vigorexia.
- Los sujetos con vigorexia mostraron mayor alteración de la imagen corporal, es decir, mayor insatisfacción corporal que los sujetos no vigoréxicos (46% frente al 10%).
- También se observó mayor riesgo de sufrir un TCA en los sujetos con vigorexia que en los sujetos que no la tenían, en un test especifico para medir este riesgo (EDI) los sujetos vigoréxicos puntuaban de media mas del doble que los sujetos no vigoréxicos.
- No se encontraban diferencias significativas en cuanto a experiencias, conducta u orientación, en el ámbito sexual. Tampoco en cuanto a experiencia de abuso físico o sexual en la infancia.
En resumen este trabajo apunta a que la vigorexia podría relacionarse con las siguientes alteraciones o trastornos:
- Ausencia de conciencia de la enfermedad.
- Tendencias obsesivas.
- Comportamientos compulsivos.
- Trastornos depresivos.
- Trastornos por ansiedad.
- Abuso de sustancias (por ejemplo hormonas esteroideas).
- Alteración de la imagen corporal, insatisfacción corporal.
- Riesgo de sufrir TCA.

2.5-Modelo explicativo
(Modelo hipotético de factores implicados en el desarrollo de la vigorexia según Baile. 2005)
2.6-Evaluación.
Se han diseñado varios test psicológicos, todavía sin suficientes respaldo de validación. Ejemplo de ellos son el cuestionario del complejo de Adonis (ACQ) del grupo de Pope, el test básico de vigorexia (TBV), o la escala de satisfacción con la apariencia muscular (MASS).
2.7-Diagnóstico.
Criterios diagnósticos de dismorfia muscular (en formato DSM), propuestos por Pope:
A) Preocupación con la idea de que el propio cuerpo no es lo suficientemente magro y musculoso. Conductas características asociadas, como largas horas en actividades de levantamiento de pesas y excesiva atención a la dieta.
B) La preocupación es manifestada por al menos dos de los siguientes criterios:
a. El individuo con frecuencia deja de hacer importantes actividades sociales, laborales o recreativas por la necesidad compulsiva de mantener su entrenamiento o su régimen dietético.
b. El individuo evita situaciones donde su cuerpo puede ser expuesto a otro o afronta dicha situaciones con elevado estrés o intensa ansiedad.
c. La preocupación acerca del inadecuado tamaño del cuerpo o sobre el desarrollo muscular provoca estrés clínicamente significativo o perjudica socialmente, laboralmente a otras áreas del funcionamiento.
d. El individuo continua con el entrenamiento, la dieta o el uso de sustancias ergogénicas (para desarrollar y agrandar el cuerpo) obviando el conocimiento de la existencia de consecuencias físicas y psicológica negativas.
C) El foco principal de la preocupación y de las conductas es el ser demasiado pequeño o inadecuadamente musculoso, distinguiéndose del miedo a ser gordo como en la anorexia nerviosa, o de una principal preocupación solo con otros aspectos de la apariencia como en otras forma del trastorno dismórfico corporal (TDC).
Para el diagnostico de dismorfia muscular el individuo debe cumplir el primer criterio A además dos cualesquiera de los cuatro expuestos en el apartado B y también el criterio C.
2.7-Tratamiento.

2.7-1 Tratamiento farmacológico.
Falta mucho tiempo todavía para que podamos tener unas pautas farmacológicas contrastadas para la vigorexia. Hasta el momento tenemos algunos trabajos que han encontrado eficaces ciertos tratamientos, la mayoría por la cercanía del trastorno a la obsesión-compulsión.
En este sentido los fármacos que se han visto útiles son los inhibidores de la recaptación de serotonina, fármacos que ayudarían a controlar, sobre todo, los síntomas obsesivo-compulsivos de la vigorexia.
Los datos sobre la eficacia de estos fármacos en el tratamiento de trastornos como la vigorexia son pocos. Por ejemplo en un estudio con 130 pacientes con TDC, el 42% de los pacientes mejoró, siendo un porcentaje sensiblemente superior al de otros fármacos (Philips, 1996).
En cuanto a las sustancias utilizadas en el tratamiento del TDC, los investigadores se han decantado por la fluvoxamina y la clomipramina, inhibidor no selectivo. En un estudio, la clomipramina consiguió que respondieran un 65-70 % de los pacientes con una reducción de los síntomas dismorfofóbicos (Alonso, 2002).

Los efectos positivos que se han señalado tras el tratamiento farmacológico son:
- Visión más realista de la situación.
- Disminución del malestar.
- Reducción del tiempo dedicado a la preocupación.
- Mejora de la relación social.
- Disminución de rituales, mayor resistencia a comportamientos repetitivos.

2.7-2 Tratamiento psicológico.
El objetivo de la terapia cognitivo-conductual en el caso de la vigorexia, (Baile, 2005), es que el sujeto cambie la forma de relacionarse con su cuerpo, de tal forma que supere su preocupación patológica que le hace ver un defecto general en su cuerpo, que es la falta de musculación y le hace tener pensamientos, sentimientos y comportamientos incompatibles con una vida sana y feliz. Sustituyendo las conductas negativas por conductas sanas a nivel personal y social.
Siguiendo las recomendaciones de Raich (2000), una terapia cognitivo conductual aplicada al ámbito de la imagen corporal incluiría las siguientes fases:
-Primera fase: informativa-formativa.
El objetivo de esta fase es proporcionar al sujeto información y formación sobre la imagen corporal, como se forma, como nos relacionamos con nuestro cuerpo, cuales son las limitaciones fisiológicas, etc. Se le pide al sujeto que comience a registrar sus pensamientos, sentimientos y conductas sobre su apariencia en diferentes situaciones de su vida.
-Segunda fase: ajustar la auto-perfección.
Se busca que el sujeto adquiera una visión realista de su cuerpo y para ello se pueden utilizar técnicas de auto-observación y comparación social con otras personas, medidas de auto-ajuste perceptivo, etc.
-Tercera fase: pensamientos sobre el cuerpo.
El objetivo es la identificación de creencias y pensamientos que se tiene sobre la propia imagen y comprobar hasta que punto son irreales y perjudiciales. Se trabaja con reestructuración cognitiva.
-Cuarta fase: Sentimientos sobre el cuerpo.
Deben sacarse a la luz los sentimientos negativos que provocan la percepción o pensamiento sobre el cuerpo o sobre el defecto en cuestión, en nuestro caso la falta muscular. Se trabaja con desensibilización sistemática.
-Quinta fase: Comportamientos referentes al cuerpo.
El objetivo es identificar que conducta relacionada con el cuerpo y el defecto imaginado es desadaptativa. Por ejemplo conducta de evitación de situaciones sociales para que la gente no vea lo poco musculoso que es o practicar deporte de forma compulsiva para conseguir que su defecto desaparezca. Después de identificarlas las técnicas de cambio pueden ser contratos conductuales, preparación para la exposición, economía de fichas, etc.
-Sexta fase: prevención de recaídas.
Entrenar al sujeto en como identificar situaciones de riesgo y como poner en practica las estrategias aprendidas en la terapia.
Otros dos grandes objetivos a tener e cuenta a parte de la imagen corporal son:
- Analizar y reeducar la dieta inadecuada, excesiva en cantidad o fundamentada exclusivamente en productos artificiales.
- Uso y abuso de fármacos. Identificar si el sujeto utiliza algún fármaco, como se lo administra, conciencia de los efectos negativos y posibles acciones para dejarlo.
2.8- Prevención
Un programa de prevención debería de contar con:
- Información sobre el modelo estético masculino actual.
- Critica del modelo hiper-musculado, como el modelo adecuado.
- Conocimiento fisiológico sobre desarrollo corporal masculino, y, por consiguiente, del desarrollo muscular.
- Análisis y crítica de los productos y dietas que supuestamente conducen a un desarrollo muscular.
- Análisis y crítica del consumo de esteroides anabolizantes.
En EEUU se trabaja con el programa ATLAS (Adolescents Training and Learning to Avoid Steroids Program), que consta de sesiones informativas sobre nutrición, fisiología del deporte, abuso de sustancias, etc., y sesiones de trabajo en gimnasios y salas de deporte. El programa ha demostrado su eficacia en prevención de actitudes y conducta hacia los esteroides en escolares futbolistas.

Referencias bibliográficas
-Alonso, M. P. (2002). Tratamiento farmacológico de los trastornos del espectro obsesivo-compulsivo. Tercer Congreso Virtual de Psiquiatría, Interpsiquis.
-Baile, J.I. (2005). Vigorexia cómo Reconocerla y Evitarla. Madrid: Síntesis.
-Bratman, S. (2000). Healt Food Junkies. New York: Broadway Books.
-Candil, A. M. (2002). Una revisión del trastorno obsesivo en la infancia y en la adolescencia. Anales de psiquiatría, 18, 342-348.
-Dávila, S.G., García, G.I., Mata, H.J et al. (2005). ¿Comer sano es siempre
algo bueno?
-Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders: DSM-IV-TR. (2000). Washington, DC: American Psychiatric Association.
-Phillips, K.A. (1996). Body dismorphic disorder: diagnosis and treatment of imagined ugliness. J Clin Psychiatry 57, 61-64.
-Pope, H.G., Katz, D.L. y Hudson, J.I. (1993). Anorexia nervosa and "reverse anorexia" among 108 male bodybuilders. Compr Psychiatry, 34(6),406-409.
-Pope H.G., Gruber, A.J., Mangweth, B., Bureau, B., de Col, C., Jouvent, R. y Hudson, J.I. (2000). Body image perception among men in three countries. Am J Psychiatry 157, 1297-1301.
-Raich, R.M. (2000). Imagen corporal. Madrid: Pirámide.
-Wroblewska, A. (1997). Androgenic-anabolic steroids and body dysmorphia in young men. J Psychosom Res 42, 225-234.
Trastornos de la Conducta Alimentaria 5 (2007) 457-482
Rosario Muñoz Sánchez1
Amelia Martínez Moreno2
1.-Psicóloga, Master en Psicología Clínica y de la Salud.
2.-Psicóloga. Master en Sexualidad y Terapia Sexual.

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miércoles, 12 de julio de 2017

Del Psicoanálisis a la Psicología Social

Documento elaborado por los autores para sentar la propia posición en el marco de una aguda polémica existente en la Primera Escuela Privada de Psicología Social y en la Escuela de Psicología Social de Tucumán. En el marco de una conmocionada situación social -1972-  que se expresaba también en el campo científico en términos de debate y disputa,  Pichon-Riviere, con la colaboración de Ana P. de Quiroga, escribe este texto. [nota de Fernando Fabris] 

Cuando explicitamos los fundamentos en los que se apoya nuestra postulación de una teoría de la vida psíquica, señalamos como punto de partida al psicoanálisis y al materialismo histórico y dialéctico. Sin embargo, la explicitación no puede detenerse allí. Resulta imprescindible poner de manifiesto los modos de articulación entre ambas fuentes, más aún cuando entendemos que lo que otorga especificidad y validez al planteo no es la yuxtaposición de teorías o la búsqueda de un paralelismo formal en el nivel de los modelos, sino la posibilidad de establecer un corte perpendicular, una intervención crítica en las premisas del discurso psicoanalítico que permita una nueva valoración de sus aportes.

El lugar teórico desde el que proponemos una revisión del esquema conceptual del psicoanálisis e intentamos una fundamentación de la psicología social, es el de la dialéctica materialista, lo que indica la propuesta de un método dialéctico.

La elección de este lugar teórico implica, respecto al psicoanálisis, un cambio de problemática, la apertura de una nueva problemática. Es decir, el planteo a partir de nuevas premisas del problema de los procesos psíquicos. La psicología social que postulamos como teoría de la vida psíquica constituye frente al psicoanálisis un espacio teórico diferente, una óptica distinta, una modificación de las premisas.

Psicoanálisis y psicología social no representarían entonces posibilidades de una misma teoría, sino aparatos conceptuales separados por divergencias fundamentales aun cuando uno aporta sus elementos al otro.
Hablar en este caso de una problemática implica la necesidad de explicitar tanto las premisas en que se funda la producción psicoanalítica, y a las que se dirige nuestra crítica, como las que configuran el espacio teórico de la psicología social.

El punto de ruptura entre psicoanálisis y psicología social pasa por la teoría instintivista y la concepción del hombre y la historia implícitas en ella. La polémica que planteamos apunta a una de las premisas básicas de la que parten los desarrollos psicoanalíticos,  premisa que define el campo teórico del psicoanálisis. Nos referimos al supuesto de que la vida psíquica se sustenta o es la resultante de la operación de fuerzas instintivas innatas a las que caracteriza como: "fuerzas endosomáticas que tienen un representante psíquico, carga energética, factor de motricidad que hace tender al organismo hacia un fin". El instinto que aparece como una fuerza constante tiene su fuente en una excitación corporal, su fin es suprimir el estado de tensión de la fuente pulsional, y un objeto por el que el instinto alcanza su finalidad (descarga). 

La premisa instintivista abre la problemática del psicoanálisis. Es a partir de esa óptica que se articulan en un campo común los problemas de la vida psíquica.   
Lo excluído, lo oculto por la problemática definida a partir del reconocimiento del instinto como fundamento de la vida psíquica, es la función del contexto histórico- social como determinante de dicho proceso. Entendemos al contexto histórico-social como determinante de la vida psíquica en la medida en que es la condición específica dentro de la cual puede manifestarse como fenómeno. Es ese contexto histórico-social el que fija como determinante los límites en los que se cumple el proceso de emergencia y desarrollo de la vida psíquica. 

Desde las premisas que definen el campo de la problemática de la psicología social es el mundo humano, la construcción histórico social y, más específicamente, cada formación concreta, lo que opera como conjunto de condiciones de producción y desarrollo del sujeto, en la medida en que es también el conjunto de condiciones de producción y desarrollo de la necesidad.

El concepto de necesidad sustituye en este planteo a la noción de instinto. La caracterizamos como la expresión de un monto de carencia que debe ser solucionado en un proceso de interacción. Muchos de los rasgos que la teoría psicoanalítica atribuye al instinto: "...fuerzas endosomáticas, factor de motricidad...etc.", caracterizan a la necesidad, pero nuestro planteo la desplaza del ámbito de una teoría económica. 

La necesidad, que compromete al sujeto como totalidad,  aparece como la condición interna del desarrollo de la vida psíquica, condición interna de la dialéctica, de la contradicción no polar entre sujeto y naturaleza, entre sujeto y mundo externo. Es en este proceso dialéctico, en esta contradicción, en la que el sujeto es producido.
La producción del sujeto es histórico-social. La formación social no opera como causa de la necesidad (causa en el sentido mecanicista: causa-efecto), pero sí como condición de su posibilidad y desarrollo. Es la ley y la encodificadora de la necesidad, la orienta en la búsqueda de satisfacción, ofreciéndole las metas socialmente disponibles. La traduce y la manipula.

La necesidad no es simple efecto de la estructura, pero como condición interna de la producción del sujeto, emerge, se desarrolla, y transforma en relación con las condiciones externas que operan a través de ella. (Producción social del sujeto. Socialización).

La idea de un "sujeto relacionado" incluida en la problemática psicoanalítica implica:
a) que el sujeto se constituye como tal con autonomía de sus relaciones externas (a esto se liga el supuesto idealista del principio del placer como legalidad del pensamiento no apoyada en la experiencia, no determinada por el mundo real);
b) una posterior relación con la realidad exterior que operará tardíamente en el sujeto configurándose un principio de realidad y una internalización del mundo social en una instancia psíquica: el superyo;
c) desjerarquización de la relación sujeto-objeto, sujeto-mundo externo, centrando su análisis en uno de los términos de la relación (sujeto), lo que implica la afirmación de la posibilidad de una vida mental autónoma que no tenga en la experiencia su base material.

Esto da lugar a hipótesis acerca de la satisfacción alucinatoria de deseos fundada en el principio del placer, o de fantasías inconscientes que son la expresión de un mundo narcisista autista, no sólo "sin objetividad sino también sin objeto" (Joan Riviere).

El supuesto ideológico implícito en la problemática psicoanalítica es la ilusión metafísica de la "naturaleza humana", esencia inmodificable. La peligrosidad del supuesto reside en su carácter ocultante de la determinación por la estructura socio-económica de hechos como la guerra, la violencia, la dominación, la propiedad privada, el autoritarismo, etc. 

La teoría psicoanalítica, al reconocer, pese a las vacilaciones de Freud, que no puede prescindir de la noción de instinto para fundamentar sus hipótesis, se encierra en una problemática planteada por otras teorías instintivistas, según las cuales, las relaciones entre los hombres se establecen, en ultima instancia, sobre el juego de fuerzas instintivas innatas. La consecuencia, más o menos explícita, es que frente a la escasa variabilidad de los modelos biológicos tomados como determinantes, se extraen conclusiones acerca de la inmodificabilidad de las relaciones sociales.

Vemos aquí la función ocultante del supuesto ideológico incluido en el instintivismo.
La noción del instinto como fundamentación de una teoría de la vida psíquica opera como obstáculo epistemológico en la elaboración de un aparato conceptual que de cuenta de la relación entre estructura social y vida psíquica y que analice los procesos en que se da la producción social del sujeto.

No es casual que el psicoanálisis como esquema conceptual y como práctica institucionalizada haya sido puesto al servicio de las clases dominantes. Su óptica le permitía convertirse en una antropología reformista, en una antropología de alternativa frente a la planteada por el marxismo. Los elementos de denuncia incluidos en esa problemática, la importancia de la formulación del concepto de inconsciente, introducía en la valoración del esquema un monto de ambigüedad que dificultaba la posición crítica. La evaluación de la práctica analítica, tal como se desarrolla a partir de las instituciones que vehiculizan la teoría, permite hoy la caracterización de la praxis psicoanalítica actual como una de las formas del individualismo al servicio de la adaptación pasiva. Como instrumento ideológico la ortodoxia analítica, "más freudiana que Freud", operó para ocultar tras una compleja sistematización las condiciones de producción del sujeto. 

Los postulados de la psicología social

La postulación de la psicología social -ciencia en proceso de construcción- implica, como ya dijimos, una nueva problemática. Es decir, un planteo desde nuevas premisas del problema de la vida psíquica. El punto de partida es la hipótesis de que existe una relación dialéctica entre el sujeto y el mundo. El hombre -a través de su praxis- se construye histórica y socialmente en una contradicción no polar con la naturaleza, de la que emerge y a la que domina. El hombre es una construcción histórico-social resultante de una praxis.

Dice Gramsci "el hombre en general", "la naturaleza humana", es una abstracción. El hombre no es un punto de partida, no hay esencia de lo humano, el hombre es un punto de llegada, en construcción permanente, diferente en cada momento histórico, en cada formación concreta. El hombre se construye, entonces, en la relación dialéctica con el mundo, relación cuyo motor es la necesidad. 

Cuando se dice: "El sujeto es un ser de necesidades que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo determinan" (Pichon Rivière, 1971), "El sujeto es producido en una praxis, no hay nada en él que no sea resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases", se afirma en consecuencia: 
1) Que los procesos psíquicos son la expresión de una relación dialéctica entre sujeto y mundo externo, o quizás más estrictamente, entre necesidad y mundo externo; y que el mundo externo es determinante de esa vida psíquica como repertorio de posibilidades, como condición de desarrollo de la necesidad y su satisfacción. 
2) Se establecen los lineamientos para la formulación de un criterio de adaptación activa, planteando que la apropiación de lo real y su transformación, la mutua modificación sujeto-contexto en una relación dialéctica, será el parámetro de evaluación de la calidad del comportamiento, jerarquizando así los procesos de comunicación y aprendizaje.
3) Se jerarquiza la operación del objeto, la operación del mundo externo. Eso conduce a formular el concepto de estructura vincular, que daría cuenta de la relación del sujeto con el mundo, relación que tiene dos dimensiones: la intersubjetiva y la intrasubjetiva.
4) Como consecuencia de la jerarquización del objeto, del mundo externo y del cuestionamiento de la teoría instintivista y los elementos idealistas representados por el principio del placer, se planteará una reformulación de las hipótesis acerca de la fantasía inconsciente como expresión de la necesidad y de las vicisitudes del vínculo dentro del cual se da la relación necesidad-mundo externo.
5) Por la adjudicación de un carácter determinante a las condiciones externas sobre la vida psíquica, se reformulará la hipótesis sobre el carácter significativo del contenido de la fantasía y de la conducta desviada. Se plantea desde allí una terapia de la psicosis (esquizofrenia), a la vez que se considera a la enfermedad mental como emergente (signo) de procesos de interacción patológica, y al enfermo como portavoz.
6) Se formulan técnicas terapéuticas grupales (grupo familiar), que si bien operan en la dimensión de lo imaginario grupal, o sea en el interjuego de fantasías inconscientes que cada integrante tiene acerca de sí y de los demás, la consideración de la relación dialéctica mundo interno - mundo externo conduce a plantear una técnica de confrontación entre la fantasía y los procesos reales de interacción, entre el grupo fantaseado y el grupo real, lo que permite el aprendizaje de la realidad, redistribución de ansiedades, etc.

Hemos dicho que una psicología a partir de estas premisas se halla en proceso de construcción. Estos supuestos nos permiten repensar los aportes del psicoanálisis, pero no sólo estos aportes. Nos interesa el abordaje del "supuesto producido" en su vida cotidiana. Esta problemática enmarca la tarea y orienta la producción de la Escuela. Es a la integración a esa tarea, a un compromiso de trabajo producido, que convocamos a los miembros de la institución. 

BIBLIOGRAFIA
S. Freud: Los instintos y su destino, Esquema del psicoanálisis.
Laplanche y Pontalis: Vocabulario de Psicoanálisis, "Pulsión".
Mao Tse Tung: Sobre la contradicción.
V.I. Lenin: Sobre la dialéctica, Materialismo y Empiriocriticismo.
M. Klein y otros: Desarrollos en Psicoanálisis.
L. Althusser: Para leer El Capital. (Problemática)
A.Sercovich:
 Curso de Epistemología. (Determinación)
A. Gramsci:
 Antología.




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