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jueves, 6 de diciembre de 2018

Lecturas cartesianas: de Freud a Lacan




Se suele reconocer en René Descartes, al fundador de la filosofía moderna occidental. Como resultante principal de este rol, aparecen; el estatuto de sujeto, una metodología científica apropiada para la investigación y la posibilidad de cuestionar, con la misma, los saberes esgrimidos con anterioridad.

Abundan las lecturas cartesianas, la filosofía da marcadas muestras de ello, mientras que distintas disciplinas vinculadas a las ciencias sociales, lo hacen también.

En tanto el psicoanálisis, al decir de Lacan, distingue a Descartes como uno de los pensadores indispensables para la gestación de la teoría freudiana.
Al respecto,

¿Qué valor le otorgó Freud a la obra cartesiana?

La respuesta debe sostenerse, desde el inicio, en el establecimiento de una paradoja.
Dicha paradoja, consiste en la negación (extrema) del maestro vienés a citar cualquier frase, texto, párrafo del filósofo en cuestión.
Negación, que no impide encontrar en el modo de plantear los esquemas conceptuales freudianos, una similitud con la estructuración ideacional cartesiana.

Por otra parte, en la obra de Lacan, que aparece poblada de menciones a Descartes, se distingue una radical ruptura con núcleos conceptuales del filósofo francés. Paradojas, que en el presente texto intentamos desarrollar.

René Descartes brilla en la historia de occidente.
Brilla con luz propia, irradiada con la fuerza del mérito (también propio) de raigambre creacionista. Brilla, a partir de una decisión subjetiva, con o sin vacilaciones, pero suya.
Decisiones que se convirtieron en acto cuando supo (o quiso, en definitiva) plasmar sus dudas en conceptos, sus conceptos en escritos, y con valentía, a estos, firmarlos con su nombre.

Durante un prolongado tiempo, quince siglos (si nos remitimos a la temporalidad cronológica) las ideas se gestaron en evidentes conciliación con las anteriores. Enumeremos, pues, algunos casos que corroboran el argumento expuesto.

Comencemos por Sócrates y su intervención en el banquete (los lacanianos, siguiendo a nuestro maestro, abordamos la lectura de esta obra con cierta recurrencia.
Leemos el texto, por ejemplo, para entender, incorporar, y en el mejor de los casos, exponer conclusiones sobre el amor, o sobre la transferencia) quién formulará su intervención principal, explayándose sobre un relato que pertenece a una anciana llamada Diotima, oriunda de Mantinea.
Al respecto, recordemos que en la Grecia antigua, el saber provenía de un espacio, una cultura, una ciudad. Por ende, la pertenencia a un sitio se convertía en el mejor de los reconocimientos, mientras que el destierro, la peor de las injurias.
De aquí en adelante, aunque con disidencias particulares, encontramos alumnos (en algunos casos predilectos) continuando con las proclamas de sus maestros. De esta manera, ubicamos al joven Platón, poseedor de una calificada pluma, en la tarea de escribir, en tono de novela, sobre la vida de su inspirador.
Así, al otorgar a Sócrates el lugar de vocero (situación que dificulta el establecimiento de límites precisos al momento de adjudicar la autoría de los conceptos) de su basamento doctrinal, se proclamó la teoría de la reminiscencia y la puntualización del dualismo (mundo sensible y mundo inteligible).
En tanto, Aristóteles, reformista e ideólogo, más tarde sistematizó la filosofía nutriéndose de los conceptos platónicos (la Metafísica, del Fedón; Política, de República y Las Leyes).
Que decir de lo sucedido ya, en era cristiana, en la que encallan, a modo de primeros monumentos conceptuales, los platónicos; Plotino y San Agustín, o los aristotélicos; San Anselmo y Santo Tomás. Así, hasta arribar a Descartes, momento de radical ruptura con la anterioridad.

Descartes agotó sus días de estudiante sumiéndose en la profunda lectura de la filosofía aristotélica. Filosofía, que le era presentada por jesuitas impregnados de la perspectiva escolástica. Tarea, que le demandó años de dedicación, años de investigación, de lectura minuciosa, hasta los últimos detalles. Lo guio sus ganas de aprender, lo alentó su interés por encontrar verdades.
Precisamente, este mismo interés por encontrar verdades, lo encaminó a instalar un manto de duda sobre la teoría en cuestión.

El afán por encontrar verdades, lo llevó a dudar, en modo radical, de los conocimientos estudiados. Esta duda, posteriormente, lo condujo hasta el primer punto de certidumbre. Certidumbre que se establece con la postulación de su res cogito: pienso, luego existo. De aquí que el sujeto (como tal, naciente con Descartes), es una cosa que piensa. (DESCARTES 1958,98)

En este punto, recordemos que Immanuel Kant, sugiere a la humanidad (libre y bien pensante) el deber de independizarse de cualquier tipo de tutores, poderosos(o no), sabios (o no). Precisamente, entendía Kant que al superar la minoría de edad, se ensancharía el espíritu racional, conducente hacia el pensamiento propio. (KANT 2004,34) Con énfasis, Descartes, lo logró un siglo antes de los postulados kantianos. Logro, que promulgó una dimensión original al pensamiento, y un principio metodológico para su postulación. Según Jacques Lacan, “Una vez que la escena prevalece, lo que ocurre es que el mundo entero se sube a ella, y que con Descartes se pude decir sobre la escena del mundo, yo avanzo, como él hace, larvatus, enmascarado” (LACAN 2006,44). La resultante inicial de este principio metodológico es la primer concepción del sujeto (en correlación con el objeto. Dimensión de objeto, dicho sea de paso, que se establece como el elemento constitutivo de la teoría del conocimiento) A partir de aquí, el pensamiento (tal como lo concebían los griegos) se sustancializa: yo (sujeto) soy(es) una cosa que piensa. Resultante, a la vez; la filosofía de la ciencia, con una metodología propia. Resultante, finalmente; un edificio doctrinal sustentado en los criterios de racionalidad y autonomía subjetiva, aunque sin obviar el afectuoso mundo de las pasiones. (1)
Legado conceptual, el cartesiano, que generó influencias en la filosofía, la ciencia moderna y el psicoanálisis. Hasta allí iremos en este caso.

Los intentos por establecer una posible articulación entre Descartes y Sigmund Freud, suelen abandonarse a poco de iniciados. La pretensión de ambos en gestar solventes postulados amparándose en criterios de cientificidad, sucumben ante una lectura más elemental, más inmediata, más encandilante, que considera irreductible la supuesta bifurcación epistémica entre los mencionados. Se dice (o dirá, llegada la oportunidad) con cierta inteligibilidad, Freud establece una diáspora radical con la concepción (cartesiana) de sujeto racional, autónomo, reflexivo. Se dice, también, que la dispersión freudiana constituye el último eslabón del tridente (con Galileo y Darwin) que se encarga de herir narcisísticamente a la cultura occidental. Dispersión histórica conceptual, que postula un aparato psíquico movilizado bajo las leyes del inconciente (condensación y desplazamiento). Aparato psíquico, asimismo, que demuestra a la vez, los efectos de la escisión, y la confluencia dinámica en sus componentes. En esta dirección, la aludida lectura rupturista entre la filosofía cartesiana y el psicoanálisis, se consolida al momento de abordar la concepción de temporalidad subjetiva. En efecto, la temporalidad cartesiana (la del instante reflexivo, allí junto al fuego de su estufa, en el que comienza a cuestionar los conocimientos adquiridos) sistematizada con énfasis por Kant, en su Estética Trascendental (2), queda severamente confrontada por la temporalidad del inconciente instituida por Freud. (3)
Los pensadores modernos, heredaron con gusto la tesis cartesiana de la implementación de un sujeto, como centro del mundo que habita. Mundo racional para Kant y Hegel, para interpretarlo hasta el límite del entendimiento según el primero, hasta la idea absoluta (ya sin lo nouménico mediante) para Hegel. Mundo racional, que al decir de Marx, debe ser subvertido en su dimensión material, dimensión que constituye, en tanto estructura económica, el campo de la religión, la justicia, la filosofía y las ideas en general (MARX 1946, 44,45). Posiciones atacadas por Freud, desde la génesis de sus postulados. Al respecto, vale destacar la conocida mención, en esferas de la segunda tópica: el yo (cuya composición es centralmente inconciente) no es el dueño de su hogar, ya que sin atenuantes, apenas puede con el ello, el superyó y la realidad externa. (4)
Ahora bien, llegados a este punto, proponemos introducir ciertas paradojas que revisarán la lectura lineal, directa, ortodoxa, que describimos hasta aquí. Paradojas, que proponemos como parte de una relación más compleja entre Descartes, Freud y Lacan. Relación, que mantenga las diferencias de cuadros (teóricos), pero que, asimismo, permitan visualizar las articulaciones más ricas que se puedan alcanzar. Por consiguiente, comencemos por la estructura del cogito cartesiano, es decir, su lógica constitutiva. Dice Lacan, el campo freudiano solo pudo constituirse a partir de la emergencia del sujeto cartesiano. Por ende, la comprensión de la invención freudiana, se sitúa sobre las bases de la creación cartesiana, sin rodeos, ni vacilaciones, así lo lee Lacan (LACAN 1987,55). En esta línea, afirma Lacan, las maneras de proceder de Descartes y Freud se asemejan, convergen; por ejemplo, en la importancia de la duda. Para Lacan, la delimitación cartesiana de un sujeto detrás de la duda, resulta similar a la que postula Freud en la Interpretación de los sueños (LACAN 1987,44) Podríamos señalar, que en este punto estamos frente a una escena de confluencias apreciables. Aquí la duda, ergo, resulta un elemento trascendental de la metodología a aplicar. La duda cartesiana, se presenta como más apreciable, la freudiana, en cambio, se plasma sobre atajos más dificultosos. Atajos que aborda Lacan, y por el hecho de hacerlo, los clarifica, al menos en parte. Mencionamos, al respecto, que Lacan se detiene específicamente en la interpretación de sueños. Recordemos, en efecto, que Lacan elogia la actitud ética de Freud, cuando insiste en continuar con su propio sueño (conocido como “el Sueño de la inyección de Irma”) para intentar encontrar el deseo que causa al mismo.
Ubicamos un segundo punto de articulación entre los pensadores en cuestión, en la pretensión de alcanzar rigor científico (flamante ciencia en Descartes, al extremo de que él contribuye a su creación. Ciencia consolidada y en auge durante la invención freudiana.) en sus respectivos postulados. En este caso, abordamos la consideración de ambos, sobre los principios de la metodología de la investigación. Por caso, en la Segunda Regla, de la Segunda Parte del discurso del Método, Descartes sugiere dividir cada una de las dificultades a examinarse, en la mayor cantidad de partes posibles, para encontrar una mejor solución de la cuestión que se trate (DESCARTES 1958,38) Aquí, ¿no estaríamos acaso ante el mismo criterio utilizado por Freud, para abordar la interpretación de los sueños? Al respecto, consideremos que el primer paso en el trabajo de interpretación, destaca que no debe tomarse como objeto de investigación el sueño completo, sino los fragmentos singulares de su contenido. Y, una vez establecido esto, acomete la interpretación del sueño, en presentarles estos fragmentos al soñante para que pueda (el soñante) desplegar las ocurrencias pertinentes. Por lo tanto, según Freud, su método de interpretación se aparta de los llamados métodos populares (la superación radical de los métodos anteriores, resulta otro punto de coincidencias entre ambos) generando un nuevo método: “método de descifrado”. Finalmente, la interpretación en detalle, refleja que el sueño es un conglomerado de formaciones psíquicas. (FREUD 1979,125. A)
El tercer elemento de encuentro conceptual entre Descartes y Freud, remite a la dualidad cartesiana, y al modo en que Freud postula su propio dualismo. Descartes plantea su res-cogitas (pensamiento) y su res-extensa (materia). De aquí que su esquema: S-O. En tanto Freud, desde sus textos iniciales, trabaja sobre un esquema similar, estableciendo una relación entre adentro-afuera. Por ejemplo, cuando establece las Neuropsicosis de defensas, señala que la defensa extrema f rente a la realidad (externa), genera un yo agujereado, no apto para la práctica analítica (FREUD 1981,60) Tres décadas posteriores (Neurosis y psicosis, y La pérdida de realidad en neurosis y psicosis), con énfasis, postula que la realidad constituye la cuarta instancia, es decir: yo-ello-superyó-realidad. (FREUD 1979.B) Argumentación que retoma la lógica de interior-exterior. Por lo tanto, se mantiene aquí un sesgo cartesiano en el planteo. Al respecto, postula Alfredo Eldelsztein “En la obra de Freud reina una concepción espacial del cuerpo en la que se lo considera res extensa regida por el partes extra partes cartesiano, lo que quiere decir que las partes son todas exteriores las unas respectos de las otras” Freud, entonces, sostiene un plano exterior( realidad, decimos nosotros) y otro interior “intensidad del cuerpo biológico, allí donde Freud consideró que se localizaban el manantial de las pulsiones y el aparato psíquico” (ELDELSZTEIN 2008)
En este punto, afrontamos la paradoja sugerida. Freud, lector acérrimo del pensamiento de las diferentes épocas. Lector profundo de científicos, literatos, antropólogos, sociólogos y filósofos, puebla su obra con infinidad de menciones a autores validados. Sin embargo, no sin curiosidad, comprobamos que las Obras Completas de Amorrortu editores, solo presenta una referencia a Descartes (FREUD 1979, 198.C). Ahora bien, lo paradójico surge cuando ubicamos las coincidencias en los esquemas de constitución de la subjetividad, ya que a Freud, no le interesó crear un matema superador del cartesiano: S-O. Es decir, aunque Freud plantee un aparato psíquico con cualidades radicalmente disímiles a la concepción de sujeto cartesiano, continua tomando a este (esquema) como una referencia conceptual insustituible. Referencia, que evidencia un marco de coincidencias de estructura. Coincidencias, que tal como puntuamos, posibilitan a Freud establecer su creación bajo un evidente prisma cartesiano. Prisma cartesiano, que según Lacan, como destacamos, se constituye en elemento del edificio doctrinal del propio psicoanálisis.
A diferencia de la obra freudiana, la lacaniana, está poblada de citas y referencias al filósofo francés. Ubiquemos algunas de estas referencias.
En El tiempo lógico… Lacan ubica la duda cartesiana como referencia de juicio de certidumbre (LACAN 1971. A), y en Acerca de la causalidad psíquica, establece que este juicio de certidumbre (cartesiano), vía el pensamiento, se convierte en juicio de existencia: cogito ergo sum (LACAN 1971. 149. B). Esto demuestra que Lacan, desde el inicio de sus planteos conceptuales, fija una posición con respecto a Descartes. Posición, que le resulta relevante a Lacan para ir construyendo su propio concepto de sujeto (con su respectivo matema). Recordemos que al final de Acerca de la causalidad…, Lacan dirá que Descartes (como Sócrates, Marx, Freud) pertenece a los pensadores insuperables, que valorizan sus postulados aferrándose al mismo objeto: la verdad. (LACAN 1971.B)
En tiempos del seminario sobre Los cuatro conceptos… el clima de cierta ruptura conceptual con Freud, se establece, en distintos pasajes, vía el propio Descartes. Aquí pareciera que el filósofo es presentado por Lacan, como una raíz ineludible del psicoanálisis. Como si fuese un mensaje elíptico hacia Freud, Lacan, en este seminario afirma que el pensamiento cartesiano aparece como un antecedente directo del psicoanálisis. Para Lacan, el campo freudiano, es posible cierto tiempo después de la emergencia del sujeto cartesiano (LACAN 1987,55). En efecto, el deseo freudiano puede ser localizado en el nivel del cógito (LACAN 1987,147). En esta línea, Lacan afirma que el yo pienso cartesiano introduce en la historia el vel de la alienación “Con el proceder cartesiano, por primera vez, se toma el vel como constitutivo de la dialéctica del sujeto, y de allí en adelante se hace imposible eliminarlo de su fundamento radical” (LACAN 1987,230). Al cierre de este seminario, Lacan sentencia con énfasis: Descartes inaugura las bases iniciales de una ciencia en la que dios nada tiene que ver.
En el seminario El reverso del psicoanálisis Lacan continua con la valoración de los postulados cartesianos “La ciencia solo nació el día que alguien, en un miramiento de renuencia a este saber, mal adquirido, si puedo decirlo así, extrajo por primera vez la función de la relación estricta entre S1 con S2, me refiero a Descartes” (LACAN 1992,21)
El cogito cartesiano, resultó (tal como lo demostramos) un foco de interés para Lacan. Aun con disímil interés, Lacan abordo el planteo cartesiano a lo largo de toda su obra. Por ejemplo, tres décadas después de Acerca de la causalidad psíquica, afirma que “Descartes nunca pretendió decir a propósito de su yo gosoy que gozaba de la vida. De ninguna manera. ¿Qué sentido tiene su yo gosoy? Es exactamente el de mi sujeto, el yo je del psicoanálisis” (LACAN 1988,75))
Al igual de lo que hicimos con Freud, ubicamos en Lacan, dos instancias en las que se centra la relación con el filósofo. En primer lugar, se destaca la posición de ambos para establecer el concepto de subjetividad. Al respecto, insistimos con nuestra observación señalando que Descartes y Lacan, son los pensadores que han constituido una propia intelección sobre la idea de sujeto, y su notación a modo de matemas. El hallazgo cartesiano se constituye cuando establece: yo, soy una cosa que piensa. De aquí que, el enlace ente res cogitans y res extensa, permite graficar la relación S (sujeto)- O (objeto). Notación que es continuada por la filosofía, la sociología, y hasta el mismo Freud (la radical crítica a las caracterizaciones del sujeto cartesiano-kantiano-hegeliano, establecida con la formulación del aparato psíquico- en sus dos tópicas- no lo llevo a superar la notación mencionada)
Fue Lacan quién se encargó de postular un nuevo concepto de sujeto, superador del anterior. La resultante de tal cambio es el matema S (barrado). Matema que cuestiona la notación gestada por Descartes. Matema que se constituye con las cualidades del aparato psíquico freudiano. Desde este punto, Lacan manifiesta las diferencias de criterio con la filosofía. Por caso, en Los cuatros conceptos…, leemos que, Descartes era sujeto de una certeza… “pero nosotros sabemos, gracias a Freud, que el sujeto del inconciente se manifiesta, que piensa, ates de entrar a la certeza” (LACAN 1987,44) En consecuencia, la instancia relevante de esta diferencia conceptual, se marca cuando Lacan da cuenta del “error” cartesiano. Pues “Su error es decir que algo sabe sobre esta certeza y no hacer del yo pienso un simple punto de desvanecimiento” (LACAN 1987, 233). Este punto, tal vez el más significativo al momento de acentuar las disimetrías en cuestión, refleja una bifurcación irreductible entre el filósofo en cuestión y el psicoanálisis.
Diana Rabinovich, sostiene que, en el seminario “El acto analítico”, Lacan presenta el esquema del grupo de Klein, desde el cual aborda en profundidad la condición falaz que sostiene al cogito cartesiano. Según Lacan, el planteo: pienso, luego existo (por lo tanto, unión de pensamiento y ser) es lisa y llanamente un pasaje al acto. Aquí mismo, Lacan puntualiza que existe una elección alienante: yo no pienso, o yo no soy. Mientras que el yo no pienso, se relaciona con el ello, el yo no soy, se vincula con el inconciente. Por ende, si un conjunto es verdadero (pensar), el otro será falso (ser) (RABINOVICH 1999, 61,66) En efecto, dice Lacan que al pensar en la música del ser, Descartes equivoca el camino. “Sería más trigo limpio, sin duda, si se diera cuenta de que su saber va mucho más allá de lo que cree, de acuerdo con la escuela, que hay gato encerrado, digamos, y por el solo hecho de que habla, pues por hablar lalengua tiene un inconciente, y está despistado, como cualquiera que se respete” (LACAN 1988,75))
Ahora bien, el matema lacaniano del sujeto, contrastante radicalmente con el anterior, refleja una toma de posición, no solo en relación al algoritmo de S (sustituido por: S barrado), sino también al del objeto(O). Recordemos que Lacan sostiene que su único invento es el objeto a, lo demás, dice Lacan, fue extraído de su re-lectura de Freud. Este objeto a, en tanto trascendental invención, se distingue del objeto de la filosofía(es decir, del objeto de conocimiento). Para Lacan,… “de lo que nosotros tenemos que hablar haciendo uso del término a es precisamente de un objeto externo a toda definición posible de la objetividad” (LACAN 2006,98). Objeto, sin estatuto de objetividad, objeto constituido con los elementos aportados por Freud: objeto mítico de satisfacción, objeto de raigambre pulsional (aunque la pulsión no tenga objeto). Objeto, que en Lacan encarna, centralmente, una función doble; ser causa de deseo, y ser plus de gozar. Lacan llega a afirmar que este objeto (a) resulta imprescindible para sostener el concepto adecuado de sujeto (la suposición de sujeto), ya que este mismo, es causado por este objeto (LACAN 1989, 56)
El segundo elemento a destacar, en el intento de articular Descartes con Lacan, surge cuando trabajamos con el dualismo conceptual instituido por el filósofo. Resulta oportuno recordar que en este tema, encontramos una acentuada analogía entre Descartes y Freud. Para abordar la postura de Lacan, en este tema, continuaremos con el seguimiento de las reflexiones emitidas por Eldelsztein. Comencemos por enaltecer un sesgo ideológico importante que presentan algunos de los aforismos lacanianos de los años cincuenta. En estos aforismos, con solvencia, Lacan presenta su propia teoría del inconciente, inherente a una reflexión que ubica el psicoanálisis en un lugar dispar (claramente dispar) a como lo entendían los post-freudianos. Así, por ejemplo, formular que el inconsciente es el discurso del Otro, o que el inconciente está estructurado como un lenguaje, es romper radicalmente con una lectura (pos) freudiana que ubicaba al inconciente en las profundidades del alma humana. Según Eldelsztein, Freud no establece las nuevas concepciones sobre temporalidad y especialidad, en relación al estatuto del inconciente “Fue necesario el paso dado por Lacan” (ELDELSZTEIN 2008). Precisemos las características de este paso; en esta índole sostenemos que la concepción lacaniana de significante y discurso, conllevan a postular, a la vez, una posición distante… “partes extra partes de la sustancia extensa” (ELDELSZTEIN 2008). Para Eldelsztein, ni el sujeto (S barrado), ni la demanda (D), pueden ser biológicos o internos al cuerpo tridimensional, ya que sus recorridos se realizan en el campo del Otro. Asimismo, para establecer el fundamento de la constitución subjetiva a partir de la injerencia del campo del Otro, es necesario “… una geometría que opere con objetos (superficies) en los que se pueda plantear la inmixión de las mismas, por ejemplo, que lo central de una de ellas (el sujeto) consistiendo en una oquedad, es ocupado por la otra (el Otro) y viceversa como sucede en la interpenetración de dos toros. Sólo así se puede comprender la fórmula: uno recibe su propio mensaje desde el Otro, y operar con el objeto a concebido como equivalente a un hueco en una superficie” (ELDELSZTEIN 2008)) En esta línea, el citado autor afirma que la topología combinatoria, en tanto geometría, puede operar con objetos bidimensionales (superficies) que permiten autopenetrarse como en los casos del cross-cap, situación que es imposible de lograr en la geometría euclidiana utilizada por Freud. “La autopenetración es la contradicción pura del partes extra partes” (ELDELSZTEIN 2008)
El concepto de espacio de Lacan, diferente al cartesiano-freudiano, conlleva a establecer una superación del planteo que sitúa, a un sujeto vinculado a una realidad externa. En esta instancia, también encontraremos un planteo crucial y radical en Lacan. Al respecto, Lacan, afirma que la realidad es, en todos los casos, fantasmática. Este fantasma, recordemos, se establece con la conjunción de lo imaginario y de lo simbólico. Según Osvaldo Umérez, el fantasma tiene dos nombres (deseo y realidad) que conciernen a una sola y misma sustancia. “Obviamente, la sola misma sustancia es la realidad”. Por consiguiente el fantasma es lo que centra el mundo del sujeto, ya que constituye su propio principio de realidad. (UMÉREZ 1999, 41-42) En efecto, este concepto de realidad subjetiva-fantasmática, rompe con las dimensiones dentro-fuera, creadas por descartes y sostenidas por Freud. En este plano, la postura de Lacan ilumina la concepción de superficie, en la que se establecen las relaciones fundamentales entre el sujeto, sus Otros y también los semejantes y prójimos (equivalentes a otros imaginarios).
Paradojas, decíamos. Paradojas que se vinculan con las posturas de Freud y Lacan, de aquí los vaivenes frente al pensamiento cartesiano, frente a la lógica cartesiana. Así notamos que Freud, sin citar a Descartes, sin siquiera reconocerlo como referencia aproximada (lo hizo con Schopenhauer y Nietzsche, por mencionar algunos) establece una arquitectura ideológica en la que subyace el modelo cartesiano. Sesgo ideológico en correlación conceptual con el filósofo. Correlación conceptual, que se evidencia toda vez que se considere que, con su radical descubrimiento del aparato psíquico regido por las leyes (de condensación y desplazamiento) propias del inconciente, aún con semejante hallazgo, no se decidió a graficar una dimensión de subjetividad (diferente a la de S-O) y una de espacio (diferente a la de adentro-afuera).
En tanto Lacan, cuya obra presenta múltiples referencias a Descartes, incluso desde la inicial década del cuarenta, sistematiza una ruptura de tono estructural con la lógica cartesiana. Ruptura que se sintetiza en dos planos teóricos; su subversivo criterio para definir la subjetividad, y la ubicación del inconciente en la superficie, como eslabón inicial de las figuras topológicas. Topología que utiliza Lacan en su intento de distinguirse de los planteos filosóficos, de la dimensión freudiana y de la posfreudiana del psicoanálisis(al menos en este punto).
Para concluir, paradojas que reflejan un Freud cartesiano, y un Lacan lacaniano, que en los temas tratados, utiliza el pensamiento de estos como fuente de inspiración para su propia creación, insistimos, de clara raigambre subversiva.
Notas
1- Según Elisabeth Goguel, Descartes compuso su Tratado de las pasiones para satisfacer a la princesa Elisabeth, quién pretendía obtener aclaraciones sobre la naturaleza de las pasiones. Para Descartes, las pasiones pertenecen a la estrecha unión entre el alma y el cuerpo. Estas pasiones, lejos de ser condenadas por el filósofo francés, originan la mayor felicidad del hombre. Ergo, para Descartes, el problema no es refrendarlas, sino usar de ellas con sabiduría y moderación, procurando quedar uno (sujeto) como árbitro de las suyas, al conseguir oponerlas unas a otras. (GOGUEL, Elisabeth. Descartes y su tiempo. Editorial Yerba Buena. 1945)
2- Según Kant, existen dos formas puras de la intuición sensible como principios del conocimiento a priori; ellas son: espacio y tiempo. El espacio no es un concepto empírico derivado de experiencias externas, debido a que, para que el sujeto pueda repesentarse las cosas como exteriores a él, debe existir en principio, la representación del espacio. Por ende, considera Kant que el espacio es la condición (a priori) de posibilidad de los fenómenos, y no una determinación dependiente de ellos. Finalmente, Kant sostiene, respecto al espacio, no es ningún concepto general de las relaciones de las cosas, sino una intuición pura. (Sección primera de la Estética Trascendental. Crítica de la Razón Pura)
En relación al concepto de tiempo, este tampoco es un concepto empírico, derivado de la experiencia. Con énfasis propositito, Kant afirma que el tiempo está dado a priori, y que sólo a partir de este, será posible establecer la realidad de los fenómenos. Con una visión más radical que la cartesiana, dice el filósofo alemán “El tiempo no es ningún concepto discursivo o, como se dice, general sino una forma pura de la intuición sensible. Tiempos diferentes no son más que partes del mismo tiempo.”(Sección Segunda de la Estética Trascendental. Crítica de la Razón Pura. Pág., 94).
3- Al establecer los criterios fundamentales sobre la temporalidad del inconciente, Freud delimita una posición argumentativa, que refleja una ruptura con las posturas de los filósofos en cuestión. Así lo refiere, “La tesis de Kant según la cual tiempo y espacio son formas necesrias de nuestro pensar puede hoy someterse a revisión a la luz de ciertos conocimientos psicoanalíticos. Tenemos averiguado que los procesos anímicos inconcientes son en sí atemporales. Esto significa, en primer término, que no se ordenaron temporalmente, que el tiempo no altera nada en ellos, que no puede aportárseles la representación del tiempo. ” (Más allá del principio del placer, pág28)
4- En Neurosis y psicosis, Freud expresa que mientras en la neurosis el conflicto es entre el yo y el ello, en la psicosis, el mismo, se da entre el yo y la realidad externa. El efecto patógeno depende, para Freud, de las respuestas yoicas ante la tensión conflictiva: si permanece fiel hacia el mundo exterior en procura de sujetar al ello, o si se deja arrancar de la realidad. En La pérdida de realidad en la neurosis y la psicosis Freud afirma que perder la realidad es peder la objetividad. Por ende, tanto en neurosis, como en psicosis, se expresa la rebelión del ello contra el mundo exterior, quedando como resultante su incapacidad para adaptarse al apremio de la realidad. En este punto, queda claro la afinidad entre los criterios de realidad que puntúan, tanto Descartes como Freud.
Bibliografía
- DESCARTES, R. Discurso del Método. Meditaciones Metafísicas. 1937. Espasa Calpe. Argentina.
- EDELSZTEIN, A. “Función y campo de la topología en psicoanálisis”. Imago Agenda N 120. Junio de 2008. p. 17-18
- FREUD, S. Las Neuropsicosis de defensa. Volumen 3. p60.Obras completas. 1981. Amorrortu editores. Buenos Aires.
- FREUD, S. La interpretación de los sueños. Volumen 4. p 125. 1979. op. cit.
- FREUD, S. -A-Más allá del principio del placer. P 28. Volumen 18.op.cit.
- FREUD, S. -B- Neurosis y psicosis. Volumen 19.op.cit.
- FREUD, S. –C- La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis .op.cit.
- FREUD, S. –D- Carta a M. LeRoy sobre un sueño de Descartes. Volumen 21. op.cit.
- GOGUEL, E. Descartes y su tiempo. 1945. Editorial yerba buena. La plata. P. 72
- KANT, I. Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración? 2004. La plata. Terramar. Caronte. P33-34
- KANT, I. Crítica de la razón pura. 1940. Editorial Sopena.
- LACAN, J. A- El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. 1971. Escritos 1. . Siglo XXI. Buenos Aires.
- LACAN, J. B- Acerca de la causalidad psíquica. op. cit. p 149
- LACAN, J. El seminario. Libro 10. 2006. Paidós. Buenos Aires. p. 44
- LACAN, J. El seminario. Libro 11. 1987. op. cit.
- LACAN, J. El seminario. Libro 17. 1992. op.cit.
- LACAN, J. La tercera. Intervenciones y textos 2. Manantial. 1988. Buenos Aires. p. 75
- LACAN, J. El seminario. Libro 20, en ELDELSZTEIN, A. op.cit.
- Marx, C. Crítica de la economía política. 1946. Editorial “El Quijote”. Buenos Aires
- RABINOVICH, D. El deseo del psicoanalista. Libertad y determinación en psicoanálisis. 1999. Manantial. Buenos Aires
- UMEREZ, O. deseo-Demanda-Pulsión y Síntoma. JVE ediciones. 1999. Buenos Aires
-
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El concepto dialéctico de internalización en Vygotski - Psicología

El concepto dialéctico de internalización en Vygotski - Psicología Por Mariano Acuña

RESUMEN

El artículo presenta algunos aspectos centrales del debate contemporáneo en torno a la noción de internalización de L. S. Vygotski, intentando una lectura coherente con las premisas teóricas y epistemológicas de la tradición histórico-cultural. Se argumenta que en el corazón de la crítica a la noción de internalización –basada en señalar su dualismo- subyacen supuestos igualmente dualistas, que determinan interpretaciones alejadas de la noción de internalización genuinamente vygotskiana, arraigada ésta en la filosofía de tradición dialéctica. Se defiende que es necesario reconocer esta dimensión filosóficoepistemológica para llegar a una noción de internalización que permita tanto superar el dualismo, como constituirse en herramienta útil para el tratamiento de diversos problemas en psicología.
Palabras clave: Internalización; Dialéctica; Teoría histórico-cultural; Epistemología


   La relación entre el individuo y el mundo social, o entre la actividad externa e interna, representa uno de los problemas más antiguos y persistentes en psicología (Wertsch & Stone, 1985; Lawrence & Valsiner, 1993; Arievitch & Van der Veer, 1995). En gran medida, tal relación  -y otras emparentadas, como las de naturaleza/cultura; sujeto/objeto; mente/ cuerpo- se ha hecho problemática debido a que tiende a plantearse en el marco de una filosofía dualista de raigambre cartesiana, también denominada “filosofía de la escisión” (Castorina, 2002; Castorina & Baquero, 2005). Este marco epistémico opera bajo la idea fundamental de que los fenómenos físicos  y los fenómenos psíquicos son de esencias radicalmente diferentes, y en consecuencia deben ser objeto de aproximaciones científicas también diferentes; idea emparentada con la dicotomía entre explicación (erklärung) y comprensión (verstehen), propuesta por W. Dilthey. 

Tradicionalmente, uno de los modos en que se ha tratado la problemática relación individuo-sociedad en la psicología occidental se expresa en la noción de “internalización”, que ha sido empleada por autores clásicos como P. Janet, M. Baldwin, G.H. Mead, J. Piaget, S. Freud, entre otros.
El empleo de nociones similares esconde, sin embargo, importantes diferencias en la conceptualización que, al ser escasamente consideradas de forma explícita, contribuyen más a la confusión conceptual que a la claridad teórica y utilidad empírica de los términos.
Por su parte, la psicología soviética, debido en buena medida a su arraigo en el materialismo histórico marxiano, tradicionalmente ha considerado de forma primordial el problema de la relación entre los componentes externos e internos de la actividad.
Su exponente más importante –tanto por el volumen de su obra como por la actualidad de sus aportes- es L. S. Vygotski, quien asignó un rol central a la noción de internalización en su construcción teórica, planteando una forma particular de entenderla que –sostenemos, es distintiva respecto de nociones similares. Sin embargo, su formulación aparece hasta cierto punto provisoria (Castorina & Dubrovsky, 2004), lo que ha dado lugar a un importante debate posterior.
El auge de la investigación de línea histórico-cultural de los últimos años en occidente se ha expresado también en el desarrollo de posiciones críticas, y la noción de internalización no ha escapado a este movimiento.

Durante las dos últimas décadas del siglo pasado principalmente, aunque hasta hoy, se asiste a un extenso debate en relación a la noción vygotskiana de internalización que evidencia diferentes interpretaciones para su significado y alcances (Arievitch & Van der Veer, 1995; Goudena, 1993; Lawrence & Valsiner, 1993; Matusov, 1998; Rogoff, 1993, 1997; Santamaría, 2003; Susswein, Bibok & Carpendale, 2007; Valsiner, 1997, 2007; Wertsch, 1993, 1999; Wertsch & Stone, 1985).  

lunes, 13 de agosto de 2018

ANALES DE PSICOLOGÍA

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Año 2008, Vol. 24, Número 1

sábado, 4 de agosto de 2018

“Quiérete y ámate a ti mismo honestamente”.

 “Quiérete y ámate a ti mismo honestamente”.

El amor a uno mismo es un dique de contención contra el sufrimiento mental. Amarse a uno mismo no solamente es el punto de referencia para saber cuánto se debe amar a los demás (“Ama a tu prójimo como a ti mismo”), sino que parece actuar como un factor de protección para las enfermedades psicológicas y un elemento que genera bienestar y calidad de vida.
Activar toda la autoestima disponible o amar lo esencial de uno mismo es el primer paso hacia cualquier tipo de crecimiento psicológico y mejoramiento personal.
Y no me refiero al lado oscuro de la autoestima, al narcisismo y a la fascinación del ego, a sentirse único, especial y por encima de los demás; no hablo de “enamoramiento” ciego y desenfrenado por el “yo” (egolatría), sino de la capacidad genuina de reconocer, sin vergüenza ni temor, las fortalezas y virtudes que poseemos, integrarlas al desarrollo de nuestra vida y volcarlas hacia los demás de manera efectiva y compasiva.
Quererse a uno mismo, despreciando o ignorando a los demás, es presunción y exclusión; querer a los demás, despreciándose uno mismo, es carencia de amor propio.

“Enamórate de ti” significa: “Quiérete y ámate a ti mismo honestamente”.

Perseverar en el ser (conatus), como decía Baruch Spinoza, para defender la existencia individual y sacar a relucir lo mejor de cada quien.

Quererse a uno mismo también es propiciar la autoconservación sana, tal como promovían los estoicos, y procurarse el mayor placer y salud posible, como lo estipulaba Epicuro.
Quererse a uno mismo es considerarse digno de lo mejor, fortalecer el autorrespeto y darse la oportunidad de ser feliz por el solo hecho, y sin más razón, de estar vivo.

El amor empieza por casa.

Tu primer amor es el que se dirige a ti mismo, y en ese primer idilio aprenderás a amar la existencia o a odiarla. ¿Cómo abrirle las puertas al amor de los que te rodean si desprecias o no aceptas tu ser, o si te avergüenzas de existir? Un paciente destruido por la depresión me decía: “Lo siento, pero… Me avergüenza estar vivo”. ¿Habrá mayor decadencia del ser? Así como no atacas ni te desentiendes de quienes amas, no hagas lo mismo con tu persona. Ser amigo de uno mismo es el primer paso hacia una buena autoestima.

Amar es buscar el bien del otro y disfrutarlo, que su dolor nos duela y su alegría nos alegre, y con el amor propio ocurre algo similar: si no te perdonas, si te fastidia estar contigo mismo, si no te soportas y te menosprecias, ¡pues no te amas!

A veces me preguntan si es posible odiarse a uno mismo, y mi respuesta es categórica: “Por supuesto, ¡y con qué intensidad!”. Incluso hasta el extremo de querer desaparecer de la faz de la tierra y obrar en consecuencia.

Muchas veces nos regodeamos en el dolor autoinfligido.

Cuentan que una señora iba en un tren y, a las tres de la mañana, mientras la mayoría dormía, comenzó a quejarse en voz alta: “¡Qué sed tengo, Dios mío! ¡Qué sed tengo, Dios mío!”. Una y otra vez. Su insistencia despertó a varios de los pasajeros, y el que estaba a su lado fue a buscar dos vasos de agua y se los trajo: “Tome, señora, calme su sed y así dormimos todos”.
La señora se los bebió rápidamente y la gente se acomodó para retomar su descanso. Todo parecía que había vuelto a la normalidad, hasta que a los pocos minutos se escuchó nuevamente a la señora decir: “¡Qué sed tenía, Dios mío! ¡Qué sed tenía, Dios mío!”. Incorporamos el castigo psicológico a nuestras vidas desde pequeños sin darnos cuenta y como si fuera una faceta normal y hasta deseable; en suma, nos acoplamos a él. Nos regodeamos en el sufrimiento o le ponemos velas.

A veces nos comportamos como si el autocastigo fuera una virtud porque “templa el alma”, y aunque sea cierto que es importante el esfuerzo por alcanzar las metas personales, una cosa es la autocrítica constructiva y otra la autocrítica despiadada que nos golpea y nos hunde.
Una cosa es aceptar el sufrimiento útil y necesario, y otra muy distinta acostumbrarnos al dolor que masoquistamente nos propiciamos a nosotros mismos en aras de “limpiar culpas” o “tratar de ser dignos” para que alguien nos ame. Los hallazgos realizados en el campo de la psicología cognitiva en los últimos veinte años muestran claramente que la visión negativa que se tiene de uno mismo es un factor determinante para que aparezcan trastornos psicológicos como fobias, depresión, estrés, ansiedad, inseguridad interpersonal, alteraciones psicosomáticas, problemas de pareja, bajo rendimiento académico y laboral, abuso de sustancias, problemas de imagen corporal, incapacidad de regular las emociones y muchos más.

La conclusión de los especialistas es clara: si la autoestima no posee suficiente fuerza, viviremos mal, seremos infelices y ansiosos.

El presente libro va dirigido a aquellas personas que no se aman lo suficiente a sí mismas, que viven encapsuladas, amarradas a normas irracionales y desconsideradas con ellas mismas. También va dirigido a quienes sabían amarse a sí mismos en alguna época y se han olvidado de hacerlo por los rigores de la vida o las carreras desenfrenadas por la supervivencia, donde uno se pone en segundo plano, como si fuera material desechable.

La propuesta de estas páginas es simple y compleja a la vez: “Enamórate de ti; sé valiente; comienza el romance contigo mismo, en un ‘yo sostenido’, que te haga cada día más feliz y más resistente a los embates de la vida cotidiana”.

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domingo, 10 de junio de 2018

¿Qué pasa en tu cerebro cuando pierdes la paciencia y el autocontrol?


¿Qué pasa en tu cerebro cuando pierdes la paciencia y el autocontrol?

Neurocientíficos de la Universidad de Iowa (EE UU) han descubierto qué ocurre en el cerebro humano cuando una persona pierde la paciencia y la capacidad de autocontrol. Sus conclusiones se publican en la revista Journal of Consumer Psychology.

William Hedgcock, coautor del trabajo, ya había demostrado con anterioridad que el autocontrol es un recurso finito que se gasta con el uso. Cuando se utiliza demasiado de forma continuada, es más difícil que nos mantengamos calmados la siguiente vez que nos enfrentamos a una situación que exige controlar nuestros impulsos.

Ahora, un nuevo estudio con imágenes de resonancia magnética funcional le ha permitido demostrar que la corteza cingulada anterior (ACC), encargada de reconocer que una situación tiene muchas posibles respuestas y que algunas son más convenientes que otras, se activa siempre independientemente de la decisión que tomemos. Esta zona reconoce, por ejemplo, cuando algo nos tienta. Por lo tanto, la verdadera "llave" del autocontrol reside, según Hedgcock, en la región conocida como corteza prefrontal dorsolateral -la que dice "querría hacer esto, pero debo sobreponerme a ese impulso y actuar de manera inteligente"- se activa con menos intensidad a medida que nuestra capacidad de autocontrol se agota. Y las técnicas de neuroimagen revelan que es la falta de actividad de las neuronas de esta zona lo que hace que, en ocasiones, "las situaciones nos saquen de nuestras casillas" y no actuemos con sensatez, aclaran los científicos.

Hedgcock asegura que, de acuerdo con el hallazgo, el autocontrol debería ser comparado con una piscina que se puede vaciar por el uso y volverse a llenar cuando estamos en un ambiente sin excesivos conflictos, lejos de "tentaciones que lo desgastan".

Los resultados del estudio podría ayudar a desarrollar mejores programas de desintoxicación para personas adictas a las drogas, al alcohol, a las compras o a la comida, que suelen hacer cosas que preferirían no hacer. También ayudará a sujetos que nacen sin capacidad de autocontrol por un daño cerebral.

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miércoles, 25 de abril de 2018

Cómo poner las cosas en perspectiva

Cómo poner las cosas en perspectiva


La vida a veces puede ser sobrecogedora. Esta sensación puede ser normal, aunque puede afectar las rutinas y los estilos de vida. Debes tratar de desarrollar tus propios métodos para poner tu vida en perspectiva, sea lo que sea que te haya pasado. Desde los grandes acontecimientos de la vida hasta en las cosas del día a día, la vida tiene la capacidad de dejarnos desequilibrados. La meta es aprender a poner las cosas en perspectiva.

Cuestionar tus acciones (y reacciones)
  1. Detente y considera las cosas. Cuando sientas no poder poner las cosas en perspectiva, o que la vida es demasiado abrumadora, detén lo que estás haciendo y ponte a reflexionar. Tomarte el tiempo de hacerte algunas preguntas sencillas y ser más consciente de la situación puede ayudarte a ver las cosas de otra manera.[1]
    • Pregúntate: “¿Qué me cuesta exactamente?”. Detectar los detalles puede ayudarte a identificar la manera en que puedes evaluarte y cambiar.
    • Considera lo siguiente: “¿Cómo me siento en realidad con respecto a esta situación?”. Si tus emociones son turbulentas, es más probable que no puedas poner las cosas en una perspectiva clara.
    • Reflexiona: “¿Por qué reacciono así? ¿Cuáles son las causas, y son apropiadas?”. A veces reaccionamos mal ante una situación. Detenerse a pensar en las razones por las cuales podríamos estar haciéndolo puede ayudarnos a poner las cosas en una perspectiva más clara.
  2. Acepta las cosas que no puedes cambiar. Preocuparse por las cosas que están fuera de nuestro control es inútil y a veces exasperante. Esto sin lugar a dudas puede confundir nuestra perspectiva de la vida.[2] Para lograr el hábito de aceptar las cosas que no pueden cambiar, haz lo siguiente:
    • Reconoce tu papel en el problema. ¿El problema está fuera de tu control o puedes hacer algo para cambiarlo?
    • Sigue siendo optimista. Si estás en una situación que no puedes cambiar, por lo menos trata de encontrarle algo positivo. Esto te ayudará a sobrellevarlo.
    • Pasa de página.[3] Si te encuentras en una situación recurrente en la que no tienes control, analiza los pasos que te llevaron ahí y toma en cuenta otra ruta.
  3. Haz una lista de tus perspectivas y evalúalas. Esto te ayudará a ser más honesto contigo mismo. También tendrás una lista tangible que puedes tomar en cuenta a la hora de evaluar tus valores y perspectivas.
    • Toma en cuenta tus perspectivas. Analiza cómo te forman a ti y tu relación con los demás. Esto te ayudará a desarrollar una mejor perspectiva de tu vida y tus relaciones. Pregúntate lo siguiente:
    • “¿Mi perspectiva de X afecta la manera en que trato a Y?”.
    • Por ejemplo: “¿Mi perspectiva del judaísmo afecta la manera en que trato a mis amigos cristianos?”.
    • ¿El matrimonio infeliz de mis padres afecta la manera en que trato a mi pareja? ¿Es justo?

Examinar las cosas de otra manera

  1. Deja de compararte a ti y tus acciones con los demás. Compararte con los demás (ya sea sobre tu trabajo, aspecto físico, talento, inteligencia) es injusto. Tu vida es completamente diferente a la de los demás y te ha afectado y formado de otra manera.[4] Esto te ayudará a aliviar las expectativas que te pones y te ayudará a poner tu propia vida en perspectiva.
    • Recuerda que eres único: nadie tiene tu misma historia.
    • Por ejemplo, no compares tu físico con el de tus amigos. Ellos han tenido experiencias diferentes a las tuyas.
    • Si crees que no eres tan inteligente como tus compañeros, toma en cuenta que has tenido una historia y experiencias educativas diferentes a las de ellos.
  2. Aprende de la historia y de los demás. Sea cual sea tu lucha, una gran manera de poner la vida en perspectiva es tomar en cuenta lo que ha pasado ya. Toma en cuenta lo que pasado en la historia y piensa en tus problemas en relación a ello.
    • Tus problemas y tu vida podrían aun así causarte emociones intensas. Es importantísimo no restar importancia a las emociones aunque creas que no son “tan malas”. Reflexionar en los hechos históricos sirve para tomar en cuenta el cambio, no para restar importancia a los pensamientos.[5]
    • Lee libros de historia o toma una clase sobre una cultura que te interese. También hay buenos podcasts de historia gratis que ofrecen institutos y organización de buena reputación.
  3. Habla con otros. Algo excelente para poner las cosas en perspectiva es hablar con otros. Ellos pueden ayudarte a considerar nuevos puntos de vista o a reconocer tus propias perspectivas y opiniones.
    • Siempre sé educado y respetuoso de las perspectivas de los demás, aunque sean diferentes a las tuyas. Las perspectivas y las posturas pueden ser personales.
  4. Céntrate en lo que puedes hacer. Si consideras una situación perdida, puede serte difícil hacer algo al respecto, pero sí puedes cambiar algo. Si sientes que no puedes cambiar algo, entonces trata de identificar algo pequeño que sí puedas hacer.[6]
    • Por ejemplo, si crees que no puedes encontrar un empleo, trata de identificar lo que podrías hacer para iniciar el proceso. Quizá puedas identificar tres trabajos a los que te gustaría postular o completar un formulario de postulación en un lugar donde necesiten trabajadores.
  5. Mira al futuro. Una perspectiva negativa puede hacerte sentir que las cosas nunca cambiarán, en vez de ver el futuro con esperanza y posibilidades. Trata de redefinir los pensamientos negativos que tengas sobre el presente con pensamientos positivos sobre el futuro.[7]
    • Por ejemplo, si piensas: “Nunca voy a terminar este proyecto”, prueba preguntarte: “Cuando me imagino completando este proyecto, ¿qué veo que hay que hacer para alcanzar ese objetivo?”.
  6. Identifica tus sentimientos en vez de enfocarte en los de los demás. Los temores de cómo te perciben los demás pueden también interferir con tu capacidad de tener una perspectiva positiva. En vez de centrarte en cómo podrían verte los demás, trata de centrarte en cómo te ves a ti mismo.[8]
    • Por ejemplo, si ves que piensas: “A nadie le caigo bien”, procura preguntarte: “¿Qué me gusta de mí mismo?”.

3
Tomar en cuenta tu lugar en el universo

  1. Recuerda que las cosas cambian. La vida está en constante movimiento y, al igual que las estaciones, las cosas cambian. Los estudios han demostrado que los que pueden adaptarse y aceptar los cambios en la vida viven una vida más feliz (y a veces más larga).[9]
    • Una gran manera de hacerlo es mirando fotos antiguas. Para poner las cosas en perspectiva, puedes ver cómo has cambiado físicamente.
    • Puedes tomarte fotos de ti mismo en el momento para crear la base de lo que quieres cambiar. La foto del “antes” puedes ser un gran motivador y ayudarte mucho a enfocarte en el ahora.
  2. Imagina el mundo a tu alrededor. Eres uno de los más de 7 mil millones de personas en esta Tierra.[10] Este pensamiento puede ser reconfortante si crees que eres el único que lucha con un problema específico.
    • Eres una sola persona en este universo. No puedes conquistar todos los problemas del mundo por cuenta propia.
    • Otra gran manera de ganar perspectiva es mirar documentales para aprender sobre el mundo alrededor. Tu biblioteca local puede tener excelentes para empezar. Aprender sobre otras culturas o historia puede sin lugar a dudas poner tu vida en perspectiva.
  3. Ponte en los zapatos de otros.[11] Si te cuesta enfrentar tus propios problemas, recuerda que hay gente menos favorecida que tú.
    • Una manera de hacerlo es contactarte con tu propia empatía. Piensa en los niños que no tienen comida o no tienen familia. Usa esta empatía para el bien a modo de terapia.
  4. Reconoce que solo eres una pequeña parte de este universo. Al igual que con la población mundial, a veces es reconfortante (aunque a veces sorprendente y escalofriante) pensar en el enorme universo en el que vivimos.
    • Por ejemplo, el sol, que es tan pequeño en el cielo, está a 150 millones de km (93 millones de millas) de distancia.[12] Cuando lo tomamos en cuenta, es fácil ver lo pequeños que realmente somos y lo pequeños que nuestros problemas pueden ser.
    • Para hacerlo, mira al cielo para ver las estrellas.
    • Mira fotos del universo. Hay imágenes gratuitas que muestran lo hermoso y vasto que es el universo.[13]
4

Mantener la perspectiva

  1. Ponte metas alcanzables. Un paso para mantener la perspectiva es ponerse metas alcanzables, en vez de centrarse en metas demasiado grandes o inalcanzables.
    • Por ejemplo, si tienes que perder 45 kg (100 lb) y no puedes ponerlo en perspectiva o creerlo, trata de dividirlo en metas más pequeñas. Por ejemplo, trata de perder 2 kg (5 lb) por mes.
  2. Perdónate. No podrás seguir adelante y poner tu vida en perspectiva sin primero perdonarte. Reconoce aquello con lo que luchas y luego esfuérzate por perdonarte.
    • Por ejemplo, si crees que te aferras a un error del pasado, puedes tratar de escribir eso que necesitas perdonarte. Después de este reconocimiento, piensa en los sentimientos asociados con esta acción pasada. Toma pasos pequeños para dejar ir esos sentimientos y obtener una nueva perspectiva.
  3. Evita el drama. Si te encuentras estresado y desenfocado por el drama en tu vida, trata de salir de las situaciones dramáticas.
    • Evita estar con amigos a quienes les gusta hacer tragedias.
    • Considera la posibilidad de cambiarte de carrera para mantener una perspectiva sana de la vida.
    • Rodéate de gente que te haga sentir bien y fomenta lo positivo.
  4. Reconoce que eres tu propio yo. Para mantenerte una perspectiva sana, debes siempre recordar que eres tu propia persona. Tú, y nadie más, eres responsable de tus propias acciones y reacciones.
    • Tómate el tiempo de mimarte. Tómate un día libre y haz algo que disfrutes. Esto te ayudará a darte cuenta de que puedes lograrlo solo.
    • Piensa en lo que tú quieres lograr en la vida, y no en lo que otra persona espera que hagas.

Referencias

  • http://www.mindbodygreen.com/0-13860/20-signs-its-time-to-let-go-move-on.html
  • http://www.becomingminimalist.com/compare-less/
  • http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0081717
  • http://managementhelp.org/blogs/personal-and-professional-coaching/2012/02/02/basic-guidelines-to-reframing-to-seeing-things-differently/
  • http://managementhelp.org/blogs/personal-and-professional-coaching/2012/02/02/basic-guidelines-to-reframing-to-seeing-things-differently/
  • http://managementhelp.org/blogs/personal-and-professional-coaching/2012/02/02/basic-guidelines-to-reframing-to-seeing-things-differently/
  • http://www.nydailynews.com/life-style/health/secret-happiness-accepting-change-study-article-1.1399017
  • http://www.census.gov/popclock/
  • http://phys.org/news/2011-11-perspective-consumers-self-conscious.html
  • http://www.nasa.gov/audience/foreducators/5-8/features/F_How_Big_is_Our_Universe.html
  • http://hubblesite.org/gallery/album/
  • ↑ https://www.psychologytoday.com/blog/the-happiness-project/201008/identify-the-problem
    ↑ http://rickwarren.org/devotional/english/accept-what-cannot-be-changed
    ↑ http://www.mindbodygreen.com/0-13860/20-signs-its-time-to-let-go-move-on.html
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    ↑ http://managementhelp.org/blogs/personal-and-professional-coaching/2012/02/02/basic-guidelines-to-reframing-to-seeing-things-differently/
    ↑ http://www.nydailynews.com/life-style/health/secret-happiness-accepting-change-study-article-1.1399017
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    ↑ http://phys.org/news/2011-11-perspective-consumers-self-conscious.html
    ↑ http://www.nasa.gov/audience/foreducators/5-8/features/F_How_Big_is_Our_Universe.html
    ↑ http://hubblesite.org/gallery/album/

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