FUNDAMENTOS
EPISTEMOLÓGICOS
DE
LA PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN
Francisco
Herrera Clavero
Dpto.
de Psicología Evolutiva y de la Educación
Universidad
de Granada
1.
INTRODUCCIÓN
La
naturaleza propia de los procesos científicos, así como sus
interrelaciones con otros campos del saber, han evolucionado ampliamente a lo
largo de la historia. Este hecho, de todos conocido, nos muestra el riesgo que
se corre al pretender dar una definición de Ciencia que, por un lado, tendría
necesariamente la calificación de temporal y, por otro, se perderían
múltiples facetas y posibilidades asociadas a la misma.
Es
importante precisar hasta que punto la denominación de Ciencia es aplicable a
unas actividades y no a otras. De hecho, diferentes autores proponen
identificarla con las actividades llevadas a cabo por los científicos,
lo que nos llevaría a otro término -científico- incompatible con lo que se
pretende definir.
Recientemente
los planteamientos rigurosamente científicos seguidos por la Economía, Sociología
o Psicología y, por consiguiente, su incorporación a las Ciencias, sirven de
apoyo para testimoniar las afirmaciones anteriores.
La
Ciencia, como componente cultural dinámico de la sociedad, no debe estar sujeta
a definición y sería preferible referirse a ella como conjunto organizado de
conocimientos (Spencer, 1889). Un aspecto que destaca sobre los demás
cuando se procede a su análisis es lo que pudiéramos llamar su carácter
acumulativo. De hecho, éste es un efecto multiplicador que facilita y
explica el desarrollo sorprendente que han alcanzado las ciencias en este
siglo, sobre todo si se evalúa desde una perspectiva histórica.
Esto
nos permite distinguir la Ciencia de otros campos de la Cultura como pueden ser
las Artes, la Poesía o la Música. Si viviesen hoy día los grandes pintores o
músicos de siglos pasados, inclusive podrían llegar a pensar que se están
produciendo retrasos en sus respectivos campos.
A
partir de los años 50, el positivismo lógico y el operacionalismo, como único
modelo válido en la concepción de las teorías y el conocimiento científico, dio
paso lentamente a una nueva filosofía de la Ciencia en lo que lo fundamental no
era tanto la confirmación o invalidación de teorías, según unos criterios de reconstrucción
racional -el llamado contexto de justificación- sino el análisis de los
factores epistemológicos que rigen el descubrimiento, desarrollo y aceptación o
rechazo de teorías.
Desde
este punto de vista, la Ciencia se hace desde dentro de un esquema conceptual –Welstuschanung-
que determina, en gran medida, qué problemas merecen ser investigados y qué
clases de soluciones son aceptables. El objeto de la Filosofía de la Ciencia es
analizar las características de los sistemas conceptuales -Paradigmas-,
en terminología de Kuhn (1962), propios de cada ciencia.
En
opinión de Bunge (1980), para que una teoría sea científica debe cumplir dos
condiciones:
1ª
Que sea contrastable empíricamente, directa o indirectamente.
2ª
Que sea compatible con el grueso del conocimiento científico.
No
obstante, Bunge (1983) establece una distinción entre Ciencia Formal y Ciencia
Factual y, dentro de la última, Ciencia Pura (Básica), Ciencia
Aplicada y Técnica.
La
diferencia entre Ciencia Pura, Aplicada y Técnica consiste en que la primera
tiene como meta conocer la naturaleza, mientras que la segunda persigue
su control utilizando Leyes y Teorías, en tanto que la Técnica,
más que aplicar el método científico para lograr sus objetivos, utiliza reglas
científicas.
Una
regla prescribe un curso de acción: indica cómo debe uno proceder para conseguir
un objetivo predeterminado. Más explícitamente, una regla es una instrucción
para realizar un número finito de actos en un orden dado y con un objetivo
también dado (Bunge, 1983:694).
Queda
claro, pues, que las leyes describen la naturaleza, las teorías la explican y
las reglas prescriben sus normas de uso.
Todo
ello, a través de procesos de deducción e inducción y los consiguientes de
verificación, sobre los datos recogidos acerca de los hechos.
2. CONCEPTUALIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA
Es
obvio que, como marco de referencia en el planteamiento epistemológico de
cualquier disciplina, sea preciso partir de la conceptualización que la
define, sustenta y diferencia del resto de saberes científicos.
Así
pues, para el mejor análisis de la disciplina que nos ocupa, recogida bajo el
nombre de Psicología de la Instrucción, partiremos de sus
fundamentos, al objeto de llegar a su definición por síntesis conceptual. Para
lo cual, es imprescindible comenzar por la delimitación clara y precisa que
ocupan la Psicología de la Educación y la Psicología del
Desarrollo en el contexto de las Ciencias.
2.1. PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
La
Psicología de la Educación es una disciplina relativamente joven, surge de
facto justo con el nacimiento de la misma Psicología científica (Wundt, 1879)
al dedicarse al estudio empírico de temas tales como las diferencias individuales,
el aprendizaje, la lectura, la inteligencia, etc.; reflejando un rápido crecimiento
cuantitativo y cualitativo, y una tendencia muy pronunciada hacia la
especialización. No obstante, aparece como vertiente independiente de la mano
de Thorndike (1910) y las publicaciones periódicas de The Journal of
Educational Psichology.
De
todas formas, a pesar del tiempo transcurrido y de sus vaivenes (momentos de
alza y baja), su estatus epistemológico no está totalmente consolidado, más que
por su presumible inconsistencia interna –objeto (material y formal), método,
contenido y ubicación en el contexto científico propios– y por la dificultad
que proporciona la coyuntura interdisciplinaria de su ámbito de aplicación, tal
vez sea por la escasez de análisis identificatorios profundos y por la falta de
líneas de investigación adecuadas (método científico), que sienten las bases
de su corpus doctrinal específico (teoría científica).
En
la actualidad existen numerosas concepciones respecto a la epistemología de la
Psicología de la Educación, desde las que opinan que es Psicología Aplicada a
la Educación: Psicología Evolutiva, General, Genética, del Aprendizaje, de la
Instrucción o Social Aplicadas, pasando por las que piensan que se trata de una
disciplina puente entre la Psicología y la Educación (Betwen Psychology and
Educaion; Hunt, 1975 o Ausubel, 1969), hasta las que creen que la Psicología
de la Educación es una disciplina con estatus propio (Mialaret, 1977; Piolat,
1981); aunque, es preciso hacer constar que también ha surgido una línea que
aboga por su desaparición, considerando que esa parcela bien podría ser ocupada
por la Educología (Bigds, 1976), la Didaxología (De Corte, 1979) o la
Psicodidáctica (Titone, 1981).
Pues
bien, a continuación se intentará dar encuadre a la Psicología de la Educación
en el marco de las ciencias como punto de partida o referencia para,
posteriormente, poderle encontrar aplicación y utilidad inmediata. Para ello,
nada mejor que partir del concepto de ciencia y sus objetivos, e interrogarnos
si es o no ciencia la Psicología de la Educación.
Como
ocurre con casi todos los temas, en el caso de la definición de ciencia nos
encontramos con una gran variedad de pareceres: desde las que afirman que se
trata básicamente de un método de investigación, hasta las que opinan que son
los resultados de la investigación en una zona determinada; es decir, unas hacen
hincapié en el método de consecución de los conocimientos, mientras que otras
se concentran en los conocimientos producidos por el método.
En
este sentido, quizás la mejor definición de ciencia que contiene estos dos
aspectos a la vez sea la que ofrece Bunge (1980:82), cuando afirma que una
ciencia es una disciplina que utiliza el método científico con la finalidad de
hallar estructuras generales (leyes), distinguiendo entre el trabajo (investigación)
y su producto final (conocimiento); lo cual coincide plenamente con el
planteamiento de Kerlinger (1982:5), cuando opina que sobre ciencia se pueden
considerar dos puntos de vista: uno estático, en cuanto constituye
un corpus organizado y sistematizado de conocimientos, en cuyo caso la equivalencia
con el término teoría es evidente; y otro, dinámico, en cuanto considera
la ciencia como una actividad de producción de conocimientos sistemáticos,
conexos y fundamentados, entonces puede hablarse de investigación científica.
Respecto
a las características que se suelen asignar a la ciencia, queda claro que debe
ser objetiva, contrastable, sistemática, metódica y comunicable. Ahora
bien, teniendo en cuenta que el conocimiento científico no es infalible, estaremos
de acuerdo con Popper (1977:261) cuando afirma que la objetividad hace de todo
enunciado científico algo provisional para siempre, así que no acepta
como científico ninguno que no sea contrastable, proponiendo como criterio la falsabilidad
y no la verificabilidad.
De
todas formas, cualquiera que sea la definición o enfoque adoptados, estaremos
de acuerdo con Manheim (1982:30) en que existe casi la unanimidad de que se
deben dar tres objetivos en la ciencia: primero, la descripción, que
responde a la pregunta ¿qué?; ya que, como punto de partida, debemos saber de
qué estamos hablando. La explicación es el segundo objetivo, que
responde a la pregunta ¿por qué? y nos dice cómo se producen las cosas y los
acontecimientos, qué los causa y cuáles son las leyes que determinan su
aparición. Y el tercero, es la predicción, ¿para qué?, qué deducciones extraer
de los hechos o leyes en términos de probabilidad.
Estas
observaciones nos llevan a pensar que ciencia es un conjunto de teorías y sus
correspondientes procesos de investigación que describen, explican y predicen
los fenómenos de una determinada parcela de la realidad.
Si
hemos venido prestando atención a lo anteriormente expuesto, podremos tener ya
una ligera idea de cuáles deben ser los planteamientos epistemológicos acerca
de la Psicología de la Educación; pero, aún así, no dejaríamos de dar un
enfoque simplista. Siendo por lo que, siguiendo las corrientes
estructuralistas, en concreto la línea propuesta por Schwab (1973), nos vamos a
aventurar a ahondar más en el concepto de esta disciplina.
Este
autor piensa que hay que delimitar con claridad las tres áreas de problemas
básicos en la reflexión epistemológica sobre cualquier disciplina, a saber: sus
estructuras sustantiva, sintáctica y organizativa. Arnau (1984) añade
otra interesante perspectiva en la delimitación de los distintos componentes
de una ciencia o funciones de la misma, nos estamos refiriendo concretamente a
la función pragmática; esto es, a su uso.
La
estructura sustantiva, señala Schwab (1973:6), sirve de base y orientación
de la investigación que se realiza en una ciencia. La expresión equivale en
alguna de sus acepciones al término paradigma, en funcionamiento o
vigente, dentro de una ciencia. Constituye la estructura cognitiva que determina
el tipo de preguntas que nos hacemos al investigar y que determinan, a su vez,
el tipo de datos que deseamos hallar y el tipo de experimentos a llevar a cabo.
Además, a los datos, una vez reunidos, se les otorga significado a la luz de la
concepción que originó la investigación. De forma más concreta, hace
referencia a los contenidos y viene determinada por el conjunto de hechos,
conceptos, principios, generalizaciones e hipótesis que constituyen, en
definitiva, el conocimiento que la ciencia sistematiza sobre el tipo de
fenómenos de que trate.
La
estructura sintáctica de una disciplina incluye la serie de reglas
(procedimientos) que rigen las relaciones entre los elementos de la estructura
sustantiva. No es exactamente el método general, sino más bien las estrategias
operativas. No se puede describir una sintaxis más que a través de la
referencia al tema concreto estudiado en las investigaciones concretas
(Ibídem:26). Supone, pues, la especificidad de una disciplina en cuanto a la
definición de lo que para ella constituye un descubrimiento o una comprobación,
qué criterios emplea para medir la cualidad de sus datos y, en general, cuáles
son las vías por las que se mueve desde ellos.
Y,
la estructura organizativa aborda el problema relacionado con la
articulación de las ciencias según sus estructuras, sus modos característicos
de acercamiento a la realidad y los conocimientos que se sistematizan en
relación con la misma; lo que contribuye a especificar la peculiaridad clasificatoria
de cada disciplina y las posibles relaciones interdisciplinares que entre sí
pueden mantener.
Una
vez descritos esquemáticamente estos tres problemas básicos en torno a los
cuales parece que se articula el acercamiento conceptual a la ciencia y
siguiéndolos como línea de trabajo, a través de dos tipos de operaciones: lógicas
y epistemológicas, a continuación entraremos en el análisis del estatus
epistemológico de la Psicología de la Educación. No sin antes aclarar que las
operaciones lógicas tratarán de dilucidar su objeto material y formal, y las
epistemológicas los procedimientos, posibilidades y límites que la ciencia
utiliza para adquirir, organizar y transmitir el conocimiento que necesita y/o
pretende su objeto. Las operaciones lógicas van encaminadas fundamentalmente a
la circunscripción y acotamiento del objeto,
así como la delimitación del tipo de discurso y sintaxis característica que
emplea la disciplina, y las operaciones epistemológicas nos van a poner en contacto
con el problema de la génesis, producción, incremento, organización y
sistematización del conocimiento sobre la parcela de la realidad que le
corresponde.
I. APROXIMACIÓN A LA DEFINICIÓN DE PSICOLOGÍA DE
LA EDUCACIÓN
Una
definición conceptual de lo que es y se ocupa la Psicología de la Educación
requiere explicarla ofreciendo un concepto que recoja sus propiedades
constitutivas, lo que hace preciso especificar tanto su género próximo como su
diferencia específica; es decir, identificar su objeto material,
que exigirá circunscribir con rigor lógico el campo de actuación que cubre la
disciplina, y su objeto formal, perspectiva particular desde la
cual la misma se enfrenta con dicho campo y que nos permite identificar tanto
los componentes que constituyen la estructura sustantiva, como los de las
estructuras sintáctica y organizativa.
Después
del análisis de no pocas definiciones acerca de la Psicología de la Educación
(Ausubel, 1973; Hunt, 1975; Bronfenbrenner, 1976; Mialaret, 1977; Eson, Wilson,
Robeck y Michael, 1978; Genovard, 1979; Bergan y Dunn, 1980; Coll, Woolfolk,
1983; Tomlinson, 1984 y Mayor, 1985), podemos concluir que su objeto
material está constituido por las variables que hacen referencia al comportamiento
a desarrollar en los sujetos de la educación (alumnos, profesores, etc.) y su
relación con las variables de naturaleza psicológica que intervienen en la
situación educativa, y su objeto formal su perfeccionamiento
progresivo para lograr la mejor y mayor adaptación al medio; y, de esa
forma, orientar y mejorar la educación y, por extensión, la sociedad. Así,
pues, ya podemos aventurarnos a dar el primer esbozo de definición en los
siguientes términos: LA PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN TIENE POR OBJETO EL COMPORTAMIENTO
QUE SE PRETENDE DESARROLLAR EN LOS SUJETOS, EN RELACION CON LAS VARIABLES DE
NATURALEZA PSICOLOGICA QUE INTERVIENEN EN LA SITUACION EDUCATIVA, EN ORDEN A SU
PERFECCIONAMIENTO, DE CARA A LA MEJOR Y MAYOR ADAPTACION AL MEDIO, Y MEJORA DE
LA EDUCACION, LA PERSONAS Y LA SOCIEDAD.
Obsérvese
su identificación con su campo genérico: La Psicología (madre), a través del
estudio del comportamiento; pero matizando de qué sujetos: Todos los que
intervienen (alumno -de cualquier edad: Educación Infantil, Primaria,
Secundaria, Universitaria, E.P.A., etc.- profesor y otros intervinientes); en
qué circunstancias: Interactuando e interrelacionándose en base a variables de
naturaleza psicológica; en qué contexto: En situación educativa; y para qué: Para
su perfeccionamiento, con el fin de una adecuada adaptación, mejora de la
educación, de las personas y de la sociedad.
II. ESTRUCTURA SUSTANTIVA
Se
trata ahora de ofrecer una definición que permita especificar propiedades,
características, y elementos que describan tanto el objeto material como
formal, identificando los componentes que constituyen la estructura sustantiva
de la Psicología de la Educación.
Entre
otras cosas, en este apartado habrá que tener en cuenta su contenido, siendo
quizás lo más comprometido a la hora de actuar, de manera que no se olvide nada
y, a la vez, sin invadir competencias de otras disciplinas. Por un sin fin de
razones, pensamos que el contenido de la Psicología de la Educación debe ir en
la siguiente línea:
1.
ESTATUS EPISTEMOLÓGICO
2.
SUJETOS EN LA SITUACIÓN DE APRENDIZAJE-ENSEÑANZA
2.1. CONDUCTA AFECTIVA
2.2. CONDUCTA PSICOMOTORA
2.3. CONDUCTA COGNITIVA
2.4. ESTRUCTURA CONDUCTUAL: PERSONALIDAD
3.
LA SITUACIÓN DE APRENDIZAJE-ENSEÑANZA (S.A.E.)
3.1. SITUACIÓN
3.2. APRENDIZAJE
3.3. ENSEÑANZA
4.
TRASTORNOS Y DIFICULTADES EN LA SITUACIÓN DE APRENDIZAJE-ENSEÑANZA
Ausubel
(1976:40) ilustra lo que denomina factores que influyen en el proceso educativo
a través de variables intrapersonales y situacionales o ambientales. Entre las
primeras señala la estructura cognitiva, la etapa del desarrollo y los
factores motivacionales y actitudinales; entre las segundas incluye la práctica
educativa, el ordenamiento de los recursos educativos, los factores sociales
(de grupo) y las características del profesor.
Por
su parte, la mayoría de los especialistas antes citados ofrecen igualmente sus
visiones acerca de la cuestión; así que, teniéndolas presentes todas ellas, se
podría perfilar la siguiente definición descriptiva: LA PSICOLOGÍA DE LA
EDUCACIÓN TIENE POR OBJETO LA ELECCIÓN, PLANIFICACIÓN, EVALUACIÓN Y
REORGANIZACIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN (COMPORTAMIENTOS), SEGÚN
LAS TAREAS A REALIZAR EN EL PROCESO EDUCATIVO Y LOS FACTORES QUE PUEDEN
FACILITAR O INHIBIR ESE PROCESO (VARIABLES INTRAPERSONALES Y AMBIENTALES), TENIENDO
EN CUENTA EL ESTADO INICIAL DE LOS SUJETOS Y SUS DIFERENCIAS INDIVIDUALES
(VARIABLES INTRAPERSONALES), Y SU INTERACCIÓN CON LOS DEMÁS Y CON LOS RECURSOS
EDUCATIVOS (VARIABLES AMBIENTALES), QUE INTERVIENEN EN LA SITUACIÓN DE
APRENDIZAJE-ENSEÑANZA, DE CARA A LA OPTIMIZACIÓN DEL PROCESO.
III. ESTRUCTURA SINTÁTICA
Al
tratar de establecer la estructura sintáctica formal que regula el tipo de
teorías y generalizaciones que sobre su objeto pronuncia la Psicología de la
Educación, nos encontramos con una dimensión que va desde la
descripción-explicación, hasta la predicción-intervención, lo cual nos está
lanzando de lleno a la investigación, con la marcada influencia del paradigma
cognitivista en nuestros días, lo que pone de manifiesto su carácter prescriptivo.
Precisamente,
al hablar de investigación no tenemos más remedio que hablar del Método de la Ciencia,
partiendo del método científico general, hasta descender a los más concretos de
uso casi exclusivo de cada especialidad. En Psicología de la Educación
podríamos decir que, grosso modo, se
dan dos enfoques: uno, distal y, otro, proximal. Dentro del primero se
encuadran los métodos experimental, cuasiexperimental y correlacional; y, del
segundo, los métodos, técnicas y estrategias de observación, entrevista,
cuestionario, test y experimentación (simulación de conducta, evaluación
educativa, etc.). Eso si, habrá que reconocer que desde la utilización más pura
del método científico, uso reservado para muy pocas ciencias, las demás, por
sus propias peculiaridades, deben optar por poner en práctica toda una cascada
de variedades adaptadas a su ámbito específico.
No
obstante, no debe olvidarse nunca que antes de prescribir e intervenir es
necesario describir y explicar el contexto escolar como único marco que va a
permitir la comprensión de las prescripciones e intervenciones.
Estas
nuevas orientaciones nos van a permitir matizar un poco más el concepto de la
disciplina, en el sentido de que: LA PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN TIENE POR
OBJETO LA DESCRIPCIÓN-EXPLICACIÓN Y PRESCRIPCIÓN-INTERVENCIÓN EN RELACIÓN CON
LA ELECCIÓN, PLANIFICACIÓN, EVALUACIÓN Y REORGANIZACIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA
EDUCACIÓN (COMPORTAMIENTOS), SEGÚN LAS TAREAS A REALIZAR EN EL PROCESO
EDUCATIVO Y LOS FACTORES QUE PUEDEN FACILITAR O INHIBIR ESE PROCESO (VARIABLES
INTRAPERSONALES Y AMBIENTALES), TENIENDO EN CUENTA EL ESTADO INICIAL DE LOS
SUJETOS Y SUS DIFERENCIAS INDIVIDUALES (VARIABLES INTRAPERSONALES), Y SU
INTERACCIÓN CON LOS DEMÁS Y CON LOS RECURSOS EDUCATIVOS (VARIABLES
AMBIENTALES), QUE INTERVIENEN EN LA SITUACIÓN DE APRENDIZAJE-ENSEÑANZA, DE CARA
A LA OPTIMIZACIÓN DE TODO EL PROCESO.
IV. ESTRUCTURA ORGANIZATIVA
Al
definir una ciencia la estamos delimitando de alguna manera, la diferenciamos
de otras que no tienen el mismo objeto; clausurándola sobre sí misma, en cierto
modo, en un afán de buscar, acotar y explicar su propia identidad, lo que exige
una tarea complementaria a la que anteriormente hemos venido realizando. Nos
estamos refiriendo a la formulación explícita de las relaciones que el objeto
de estudio propio de esta disciplina mantiene con la realidad a la que
pertenece, con el contexto más amplio en que opera y se desarrolla. De lo
dicho, se deriva la formulación explícita del tipo de relaciones existentes
con las demás disciplinas; es decir, el problema de la organización de las
ciencias. Este tema nos va a remitir a la clarificación y clasificación de las
ciencias respecto a sus estructuras sustantivas y sintácticas, y al
establecimiento de las relaciones que determinadas ciencias pueden mantener
entre sí.
Para
ello, siguiendo el criterio de la mayoría de los especialistas, resumidos en Coll
(1980:42-57), pueden darse tres hipótesis respecto al nexo que une la
Psicología de la Educación con las restantes disciplinas psicológicas: extrapolación-traducción,
independencia e interdependencia-interacción.
La
primera, aboga por la idea de que los resultados de las investigaciones realizadas
desde una perspectiva estrictamente psicológica pueden ser extrapoladas a la
situación educativa (Skinner, Travers, Gilly, 1970 y Mathis, 1977), lo cual no
puede sostenerse por su descontextualización.
La
segunda, defiende la independencia absoluta de la Psicología de la Educación;
aunque, en palabras de Coll (1983: 53-54), la adopción de la hipótesis de
independencia conduce, de modo paradójico, a negar la existencia de una
verdadera Psicología de la Educación; ésta se convierte en realidad en una
parcela de la Pedagogía Experimental que enfatiza las variables de naturaleza
psicológica que intervienen en el proceso educativo.
La
tercera, supone la postura ecléctica (versátil) y con ella la superación de las
posturas extremas anteriores (Bruner, 1972; Ausubel, Glaser 1973; Anderson y Faust,
1977; Coll, 1980 y Beltrán, 1984), teniendo como objetivo la investigación
centrada en los problemas psicológicos específicos en situación educativa con
el fin de generar conocimiento y organizarlo sistemáticamente en forma de teorías,
leyes o sistemas; para ello, podrá apoyarse en cuantas disciplinas necesite y,
de la misma forma, éstas también serán auxiliadas por la Psicología de la
Educación.
En
vista de todos los datos y reflexiones aportados, nos hallamos ya en situación
de poder aventurarnos en concluir una definición conceptual (provisional) más
rica, en el siguiente sentido: PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN ES LA CIENCIA QUE
TRATA DE DESCRIBIR, EXPLICAR, CONTROLAR, PREDECIR Y PRESCRIBIR EL
COMPORTAMIENTO QUE SE PRETENDE DESARROLLAR EN LOS SUJETOS Y SU RELACION CON
LAS VARIABLES DE NATURALEZA PSICOLÓGICA QUE INTERVIENEN EN LA SITUACIÓN DE
APRENDIZAJE-ENSEÑANZA, EN ORDEN A SU OPTIMIZACIÓN.
2.2. PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO
La
Psicología del Desarrollo acaba de cumplir recientemente cien años desde su
establecimiento como disciplina científica. A lo largo de ellos, ha logrado un
prestigio basado en la existencia de un elevado número de investigadores
dedicados a ella, en un considerable volumen de publicaciones periódicas
encargadas de la divulgación de los descubrimientos, y una gran variedad y
amplitud de estudios sobre la temática que le es propia. Como consecuencia de
un largo y, a veces, azaroso proceso, su estatus de Psicología minor,
dentro de las Ciencias Psicológicas y del Saber, ha dado paso a un primerísimo
plano de actualidad, llegando a ser considerada, en palabras de Pelechano
(1985:21), como una suerte de psicología verdadera, de psicología
dinámico-experimental y banco de pruebas de toda teoría psicológica, en el
sentido de que proporcionaría los límites de dentro de los cuales son válidos
los resultados alcanzados.
Con
el transcurrir del tiempo, la Psicología del Desarrollo ha pasado de ser el
estudio del niño, o en su caso del niño adolescente, a convertirse
en el estudio de la evolución vital del ser humano a lo largo de toda su vida,
desde la gestación hasta su muerte. Con ello, se va haciendo realidad la pretensión
leibniana de que el ser es el hacerse del ser. Esto, no obstante,
no supone la exclusión de los estudios relativos al niño, ni la disminución de
la importancia concedida a esta fase de la vida. Significa, fundamentalmente,
desechar la concepción de que la Psicología del Desarrollo estudia el
crecimiento y desarrollo hasta esa fase de transición constituida por la
adolescencia, que marca la inserción del individuo en la edad adulta.
Como
expone Coll (1979:60) los psicólogos se ven a veces confrontados con expresiones
tales como: <>, <>, <>, <>, <>,
<>, etc. .
En
la mayoría de las ocasiones, dichas expresiones se utilizan en la actualidad
como sinónimas, aunque tampoco es raro que sean empleadas para insistir en los
matices que conllevan.
Conviene
recordar que, en un primer momento del desarrollo de la disciplina, la
referencia al niño era imprescindible. Es entonces, cuando aparecen expresiones
tales como Psicología del Niño o Psicología del Adolescente.
Poniendo de manifiesto dichas denominaciones el segmento de la vida humana que
se debería estudiar. Como dice Mayor (1985:14), esta reducción se justifica
porque la Psicología, sin más especificaciones, se definía como la ciencia de
la mente de sujetos adultos y normales, y porque existía el convencimiento de
la peculiaridad psicológica del niño respecto del adulto.
En
un segundo momento, comienzan a ser usuales los términos desarrollo y evolutiva,
aunque básicamente referidos al niño y al adolescente. Entonces, si bien las
denominaciones Psicología del Desarrollo y Psicología Evolutiva
ganaron predicamento, se añadía Infantil para subrayar la limitación del
objeto de estudio a una determinada edad. Según Reese y Lipssit (1975:19), originalmente
los términos Psicología Infantil y Desarrollo Infantil se
utilizaron como sinónimos; aunque, posteriormente, aparecerían algunos tipos
de distinciones. Según una de ellas, Psicología Infantil es el estudio
de la conducta infantil y Psicología del Desarrollo es el estudio de la
ontogénesis conductual durante la infancia. Más tarde, empezarían a
utilizarse indistintamente las dos denominaciones en un sentido menos
restrictivo; ya no estudiaban al niño, sino el cambio evolutivo, el proceso de
desarrollo.
Los
últimos años se han caracterizado por el énfasis sobre el desarrollo y
el cambio, lo que ha originado una serie de reconsideraciones teóricas
y metodológicas que han afectado a la propia naturaleza de la disciplina.
Denominaciones tales como Psicología del Ciclo Vital o de la Amplitud
Vital ponen de manifiesto una nueva manera de entender la disciplina, que
exige una consideración global del curso de la vida y en la que juegan un papel
especial conceptos como los de evolución, filogénesis, ontogénesis,
desarrollo histórico y variables espacio-temporales.
Como
afirma Mayor (1985:15), acentuando el énfasis sobre estos conceptos, llegaríamos
a una verdadera Psicología Genética, que articula la explicación de los fenómenos
conductuales y complejos en función de los fenómenos pasados y más elementales.
Esta
referencia refleja la evolución seguida por esta disciplina al extender su
ámbito desde la infancia hasta el curso de la vida entera, y al desplazar su
objeto desde las peculiaridades de la conducta, en una determinada edad, hasta
el propio proceso de desarrollo como tal.
A
continuación, para mayor uniformidad y congruencia, desde la perspectiva estructural
propuesta por Schwab (1973), intentaremos conceptualizar la Psicología del
Desarrollo.
I. APROXIMACION A LA DEFINICION DE PSICOLOGIA
DEL DESARROLLO
De
la misma forma que se expusiera anteriormente en el caso de la Psicología de la
Educación, una definición conceptual de lo que es y se ocupa la Psicología del
Desarrollo requiere explicarla ofreciendo un concepto que recoja sus
propiedades constitutivas, lo que hace preciso especificar tanto su género
próximo como su diferencia específica; es decir, identificar su objeto
material, que exige circunscribir con rigor lógico el campo de
actuación que cubre la disciplina, y su objeto formal,
perspectiva particular desde la cual la misma se enfrenta con dicho campo y
que nos permite identificar tanto los componentes que constituyen la
estructura sustantiva, como los de las estructuras sintáctica y organi-zativa.
Tras
el análisis de algunas definiciones acerca de la Psicología del Desarrollo (Monedero,
1972; Carpintero 1975; Bijou y Baer, 1977; Mussen, Coll, 1979; Baltes, 1981; Serra,
1982; Marchesi, Palacios y Carretero, 1983; Alexander, Sáez Narro, Vega,
1984; Papalia, Pelechano, Mayor, 1985), podemos concluir que su objeto
material está constituido por las variables que hacen referencia al proceso
de desarrollo del comportamiento de los sujetos a lo largo del ciclo vital,
y su objeto formal su perfeccionamiento progresivo para lograr la
mejor y mayor adaptación al medio. Así, pues, ya podemos aventurarnos a
dar el primer esbozo de definición en los siguientes términos: LA PSICOLOGÍA
DEL DE-SARROLLO TIENE POR OBJETO EL PROCESO DE DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DE
LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO VITAL, EN ORDEN A SU PERFECCIONAMIENTO, DE CARA
A LA MEJOR Y MAYOR ADAPTACIÓN AL MEDIO.
II. ESTRUCTURA SUSTANTIVA
Se
trata ahora de ofrecer una definición que permita especificar propiedades,
características, y elementos que describan tanto el objeto material como
formal, identificando los componentes que constituyen la estructura
sustantiva de la Psicología del Desarrollo.
Entre
otras cosas, en este apartado habrá que tener en cuenta su contenido, siendo
quizás lo más comprometido a la hora de actuar, de manera que no se olvide nada
y, a la vez, sin invadir competencias de otras disciplinas. Por un sin fin de
razones, pensamos que el contenido de la Psicología del Desarrollo debe ir en
la siguiente línea:
1.
ESTATUS EPISTEMOLÓGICO
2.
BASES BIOLÓGICAS Y AMBIENTALES DEL DESARROLLO
3.
DESCRIPCIÓN Y EXPLICACIÓN DEL PROCESO DE DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO:
3.1. AFECTIVA
3.2. PSICOMOTORA
3.3. COGNITIVA
3.4. SOCIAL
3.5. EDUCATIVA
3.6. SEXUAL
3.7. LÚDICA
3.8. MORAL
3.9. DE LA PERSONALIDAD
4.
PREDICCIÓN E INTERVENCIÓN EN EL PROCESO DE DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO:
4.1. AFECTIVA
4.2. PSICOMOTORA
4.3.
COGNITIVA
4.4. SOCIAL
4.5. EDUCATIVA
4.6. SEXUAL
4.7. LÚDICA
4.8. MORAL
4.9. DE LA PERSONALIDAD
5.
TRASTORNOS Y DIFICULTADES DEL PROCESO DE DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO
Estas
nuevas orientaciones nos van a permitir matizar un poco más el concepto de la
disciplina, en el sentido de que: LA PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO TIENE POR
OBJETO LA DELIMITACIÓN Y ANÁLISIS DEL PROCESO DE DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO
DE LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO VITAL, EN ORDEN A SU PERFECCIONAMIENTO, DE
CARA A LA MEJOR Y MAYOR ADAPTACIÓN AL MEDIO.
III. ESTRUCTURA SINTÁCTICA
Al
tratar de establecer la estructura sintáctica formal que regula el tipo de
teorías y generalizaciones que sobre su objeto pronuncia la Psicología del
Desarrollo, nos encontramos con una dimensión que va desde la
descripción-explicación, hasta la predicción-intervención, lo cual nos está
lanzando de lleno a la investigación, bajo la influencia de los paradigmas que
la alumbran, lo que pone de manifiesto su carácter prescriptivo.
Aquí
es preciso analizar, aunque de forma breve, aquellos paradigmas que se consideran
más influyentes en el campo de la Psicología del Desarrollo; lo que no
significa que deban caer en el olvido otros tales como la Teoría General de
Sistemas, el Humanístico, el Relacional, etc. Su elección se ha hecho en base a
la frecuencia y amplitud de uso dentro de la literatura psicológica evolutiva y
a que son los más utilizados por la mayoría de autores especializados en esta
temática.
1º. Paradigma mecanicista
La
metáfora básica de la cosmovisión mecanicista es la máquina; es
decir, el universo representado como una máquina. De tal forma que según el
tipo de máquina considerado, el modelo mecánico puede presentar
características diferentes, pero sus propiedades fundamentales permanecen constantes.
Desde
este punto de vista, dada una descripción completa del estado de la máquina en
un determinado momento y un conocimiento completo de las fuerzas aplicadas,
al menos teóricamente, es posible un nivel de predicción absoluto.
Epistemológicamente,
la base de este paradigma es el realismo ingenuo, que en psicología se refleja
en el modelo reactivo del ser humano. Ello supone una teoría del conocimiento
como una copia. La mente es como una tabla rasa sobre la que el mundo exterior
imprime un determinado conocimiento; es decir, el organismo no desempeña un
papel activo en la construcción de la realidad.
Aunque
históricamente podríamos remontarnos a Aristóteles, ya que fue el primero que
propuso el concepto de tabula rasa, la historia reciente de este
paradigma hay que buscarla en Locke (1632-1704) y Hume (1711-1776). Estos
filósofos formularon que el proceso básico para explicar el desarrollo mental
era la asociación, el enlace combinado de impresiones anteriores por medio de
lazos asociativos simples entre ellas; las ideas complejas no eran
consideradas más que simples combinaciones de elementos (sensaciones). Su
consideración de la experiencia como única fuente de conocimiento y de que la
adquisición del mismo se logra a través de los sentidos -Nihil est in
intellectu quod prius non fuerit in sensu- les hizo reaccionar contra
la generalizada forma de solucionar los problemas en los siglos XVI y XVII, en
la que se recurría a fenómenos aún menos conocidos (por ejemplo, la solución
que Descartes daba a los problemas epistemológicos consistía en citar a Dios
como fuente última de todo conocimiento).
El
camino iniciado por los empiristas fue continuado por el conductismo pudiéndose
apreciar un intento de acercar cada vez más el modelo del organismo reactivo
al paradigma mecanicista del universo. Los cambios llevados a cabo en el
neoconductismo están dirigidos a mantener este modelo general y extender su
punto de vista. Según Vega (1984:60), el movimiento, relativamente reciente,
de las respuestas mediadoras, aunque más poderoso que la simple concepción
S-R, no cambia en ninguna forma el modelo de ideal básico.
Desde
su construcción el paradigma mecanicista del universo ha sido reelaborado y
transformado en otros modelos más concretos en las diversas áreas. En Psicología,
esta transformación ha desembocado en un modelo de hombre reactivo ante las
fuerzas externas, pasivo, un modelo de robot. Según esta concepción, el
comportamiento humano se explica básicamente por causas externas. Los estímulos
físicos y el ambiente externo desempeñan un papel de máxima importancia y la
actividad intrínseca o propositiva del organismo o se niega o se reduce a
procesos dependientes de la estimulación ambiental. Por ello, dentro de este
modelo no tiene sentido plantearse problemas referentes a los procesos
internos: pensamiento, sentimiento, deseo, etc.
Desde
la óptica de la Psicología del Desarrollo, las características más relevantes
de este paradigma son:
1ª. Lo externo y visible es lo más importante.
2ª. La novedad o emergencia (la aparición del cambio cualitativo) se
considera como un epifenómeno, y así lo explican Papalia y Olds (1985:27)
cuando dicen: todo cambio como una alteración en la cantidad de la conducta
niega la posibilidad del cambio cualitativo.
3ª. La dinámica del desarrollo se origina en causas externas.
4ª. El análisis que se efectúa del organismo es elementalista, no
totalista, y se basa en relaciones antecedente-consecuente.
5ª. El cambio cuantitativo viene determinado por las causas material y
eficiente.
6ª. El cambio es siempre considerado como algo continuo.
7ª. Los estadios y la edad cronológica se consideran como dimensiones
puramente descriptivas del desarrollo.
8ª. La noción de desarrollo tiene, asimismo, un valor puramente
descriptivo. Todo cambio comportamental puede ser explicado, en último
análisis, como resultado de un proceso de aprendizaje.
Dentro
del paradigma mecanicista, como afirma Mayor (1985:55), se pueden incluir, en
general, todas las teorías que de alguna manera parte del esquema S-R.
Por consiguiente, son consideradas como mecanicistas las teorías inspiradas en
la corriente asociacionista, como el conductismo clásico (Watson), el
neoconductismo (Skinner), las teorías del aprendizaje social, etc.
2º. Paradigma organicista
Parte
de la hipótesis o suposición general de que los procesos del desarrollo
psicológico son similares a los que implica el desarrollo orgánico. Esto
permite concebir que lo que se desarrolla no son simplemente respuestas nuevas
a los estímulos ambientales, sino nuevas formas de organización psicológica,
denominadas estructuras, que funcionan a modo de estructuras físicas y que
constituyen procedimientos bien organizados que forman la actividad de
adaptación general del organismo.
Una
segunda hipótesis de este paradigma es que la secuencia del desarrollo conductual
y psicológico, al igual que la del desarrollo orgánico, no varía; los niveles
más avanzados no pueden preceder jamás a los más primitivos. Los niveles
inferiores quedan, pues, subsumidos e integrados en los superiores.
La
metáfora básica del paradigma organicista es el organismo viviente,
en cuanto un todo organizado. El organismo es concebido como un proceso, más
que como elemento estático y celular. El todo es orgánico más que mecánico y es
más que las suma de las partes.
Desde
la perspectiva epistemológica el paradigma organicista se formula en una
tradición que se puede admitir, vagamente, como nativista-estructuralista;
sosteniendo que el conocimiento no es jamás una copia directa de la realidad
externa, sino que siempre se estructura de acuerdo con las características
inherentes de la mente humana.
Como
Cosmología, encuentra una formulación sistemática en Leibniz, quien afirma que
la esencia de la sustancia es la actividad. Añadiendo a la aportación de
Locke, desde el punto de vista epistemológico, -nisi ipse intellectus-.
Posición que sienta las bases del constructivismo.
Desde
el punto de vista de la Psicología del Desarrollo, las implicaciones más relevantes
del paradigma organicista son las siguientes:
1ª. Considera a las personas como organismos activos. Son ellas las que,
por sus propias acciones, ponen en manifiesto su desarrollo.
2ª. Los organicistas están más interesados en el proceso que en el
producto.
3ª. Se pone más énfasis en el cambio cualitativo que en el cuantitativo.
4ª. El sistema analizado, el hombre, posee una estructura particular, no
siendo posible estudiar sus atributos independientemente unos de otros.
5ª. La noción de desarrollo implica que los cambios estructurales son,
en cierto sentido, unidireccionales, irreversibles y orientados hacia estados
finales o metas concebidas como un estado de madurez superior.
La
influencia del paradigma organicista está en la base de un gran número de teorías
del desarrollo, tales como las de Werner, Gesell, Piaget, Kohlberg, Chomsky,
etc..
3º.
Paradigma contextual-dialéctico.
Tiene
como metáfora básica la sincronización del diálogo o de las composiciones
orquestales. En un diálogo, dos personas hablan alternativamente
teniendo en cuenta lo que han dicho y lo que su interlocutor dice también, de
manera que se da una sincronización temporal entre la secuencia verbal de
ambas partes. Igualmente, la composición orquestal está sincronizada de manera
que los instrumentos tocan variaciones de un mismo tema surgiendo, de su
coordinación, la armonía.
Aunque
sus antecedentes remotos podemos encontrarlos en Heráclito, quien afirmó que
todo lo que existe se encuentra en constante cambio y que éste procede de las
necesidades y la lucha, el fundamento filosófico del paradigma
contextual-dialectico emanan de Hegel y Marx, que consideran el cambio como
paso progresivo de las formas inferiores a las superiores, de manera
cualitativa y cuantitativa, a través de la resolución de la contradicción
interna.
La
dialéctica mantiene que el desarrollo constante sigue tres leyes:
1ª. Ley de la transformación del cambio cuantitativo en cualitativo:
Cuando una cantidad se altera dentro de
ciertos límites, no se obtiene transformación alguna en el objeto como tal;
pero si el cambio cuantitativo es de magnitud suficiente, éste se transforma en
un cambio de cualidad. Es decir, el objeto se cambia en un objeto nuevo.
2ª. Ley de la unidad y lucha entre contrarios:
Los opuestos son características de un
objeto que se excluyen mutuamente, pero que se presuponen también mutuamente.
3ª. Ley de la negación de la negación:
La sustitución de lo viejo por lo nuevo
(negación) y la resustitución de lo nuevo por lo más nuevo aún (negación de la
negación), sirve para reinstaurar aspectos de lo viejo a un nivel superior al
que existía en lo viejo.
En
oposición a la psicología de corte mecanicista y organicista, el individuo se
concibe como un todo organizado pero en continuo cambio, por lo que hay que
estudiarlo en su forma concreta y actual. En palabras de Marchesi (1983:273), el
paradigma dialéctico aborda prioritariamente el estudio del continuo devenir
de acciones y transformaciones y su relación con los cambios situacionales más
inmediatos y con los cambios individuales y culturales que se producen a más
largo plazo. Para este paradigma el cambio y la transformación son
constitutivos de la realidad y de los seres vivos, parte del hecho de que los
individuos cambian en un contexto biocultural, a la vez, cambiante. Lo que
supone que el estudio evolutivo debe considerar, al menos, dos flujos de
sistemas interactivos cambiantes: el individuo y la sociedad en
que vive; resaltando en esta interacción la importancia de las condiciones
sociales e históricas.
De
esta forma, el psiquismo resulta del perfeccionamiento, diferenciación y transformación
de los primitivos instrumentos biológicos de intercambio. El desarrollo psicológico
resulta de la impregnación social del organismo, la cual no es unilateral, sino
dialéctica.
El
cambio evolutivo es considerado como el resultado de la interacción de todos
los factores implicados en el desarrollo pluridireccional, pues la dirección
adoptada dependerá, en cada caso, de cómo se resuelvan las crisis y contradicciones
que se dan en el curso del desarrollo. Según este paradigma, el desarrollo
humano depende de la sincronización de las siguientes dimensiones: biológica-interna,
psicológica-individual, sociológica-cultural y física-externa.
De
tal forma que, cuando dos de estas progresiones se desajustan, tiene lugar una
crisis que conduce a un nuevo desarrollo y que, cuando es importante, define
un nuevo estadio o período de desarrollo. Las reorganizaciones constructivas
que requieren estas de-sincronizaciones conducen a nuevas adquisiciones
cognitivo-sociales y al progreso individual y social.
Entre
las teorías que podrían ser encuadradas dentro de este modelo, se encuentran
las del ciclo vital, la de Wallon, la de Vigotsky, etc.
Por
tanto, como anteriormente se ha apuntado, no debe olvidarse nunca que antes de
prescribir e intervenir es necesario describir y explicar el contexto ecológico
del desarrollo conductual, como único marco que va a permitir la comprensión de
las prescripciones e intervenciones.
Estas
nuevas orientaciones nos van a permitir matizar un poco más el concepto de la
disciplina, en el sentido de que: LA PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO TIENE POR
OBJETO LA DESCRIPCIÓN-EXPLICACIÓN Y PRESCRIPCIÓN-INTERVENCIÓN DEL Y EN EL
PROCESO DE DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO
VITAL, DE CARA A SU OPTIMIZACIÓN.
IV. ESTRUCTURA ORGANIZATIVA
Como
se expuso anteriormente en el caso de la Psicología de la Educación, al definir
una Ciencia la estamos delimitando de alguna manera, la diferenciamos de otras
que no tienen el mismo objeto; clausurándola sobre sí misma, en cierto modo,
en un afán de buscar, acotar y explicar su propia identidad, lo que exige una
tarea complementaria a la que anteriormente hemos venido realizando. Nos estamos
refiriendo a la formulación explícita de las relaciones que el objeto de
estudio propio de esta disciplina mantiene con la realidad a la que pertenece,
con el contexto más amplio en que opera y se desarrolla. De lo dicho, se deriva
la formulación explícita del tipo de relaciones existentes con las demás disciplinas;
es decir, el problema de la organización de las ciencias. Este tema nos va a
remitir a la clarificación y clasificación de las ciencias respecto a sus
estructuras sustantivas y sintácticas, y al establecimiento de las relaciones
que determinadas ciencias pueden mantener entre sí.
Para
ello, siguiendo el criterio de la mayoría de los especialistas, resumidos en Coll
(1980:42-57), pueden darse aquí también tres hipótesis respecto al nexo que une
la Psicología de la Educación con las restantes disciplinas psicológicas: extrapolación-traducción,
independencia e interdependencia-interación.
Siendo
la última, que supone la postura ecléctica (versátil) y con ella la superación
de las dos posturas extremas anteriores, teniendo como objetivo la investigación
centrada en los problemas psicológicos específicos del proceso de desarrollo
del comportamiento de los sujetos a lo largo del ciclo vital con el fin de
generar conocimiento y organizarlo sistemáticamente en forma de teorías, leyes
o sistemas; la más apropiada para esta disciplina, sin que ello pueda suponer
su falta de apoyo en cuantas disciplinas necesite y que, de la misma forma,
éstas puedan también auxiliarse en la Psicología del Desarrollo.
En
vista de todos los datos y reflexiones aportados, nos hallamos ya en situación
de poder aventurarnos en concluir una definición conceptual (provisional) más
rica, en el siguiente sentido: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO ES LA CIENCIA QUE
TRATA DE DESCRIBIR, EXPLICAR, CONTROLAR, PREDECIR Y PRESCRIBIR EL PROCESO DE
DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO VITAL, DE
CARA A SU OPTIMIZACIÓN.
2.3.
PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN
Con
base en los argumentos empleados anteriormente para la definición conceptual y
encuadre de la Psicología de la Educación y la Psicología del Desarrollo, bien
podríamos decir que la disciplina Psicología de la Instrucción tiene su origen en
la síntesis de ambas; aunque, obviamente, habrá que delimitar precisamente cuál
es su propia identidad.
Por
ello, siguiendo siempre la perspectiva del modelo estructuralista propuesto por
Schwab (1973), vamos a intentar la comprometida tarea de definirla
conceptualmente.
I. APROXIMACIÓN A LA DEFINICIÓN DE
PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN
De la misma forma que se
expusiera anteriormente en el caso de la Psicología de la Educación y la
Psicología del Desarrollo, una definición conceptual de lo que es y se ocupa la
disciplina Psicología de la Instrucción
requiere explicarla ofreciendo un concepto que recoja sus propiedades
constitutivas, lo que hace preciso especificar tanto su género próximo como su
diferencia específica; es decir, identificar su objeto material,
que exige circunscribir con rigor lógico el campo de actuación que cubre la
disciplina, y su objeto formal, perspectiva particular desde la
cual la misma se enfrenta con dicho campo y que nos permite identificar tanto
los componentes que constituyen la estructura sustantiva, como los de las
estructuras sintáctica y organizativa.
Tras
el análisis de los trabajos de numerosos, parece ser que su objeto material
está constituido por las variables que hacen referencia al proceso de
aprendizaje y desarrollo del comportamiento de los sujetos a lo largo del ciclo
vital, y su objeto formal su perfeccionamiento progresivo para
lograr la mejor y mayor adaptación al medio. Así, pues, ya podemos
aventurarnos a dar el primer esbozo de definición en los siguientes términos: LA
PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN TIENE POR OBJETO EL PROCESO DE APRENDIZAJE Y
DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO VITAL, EN
ORDEN A SU PERFECCIONAMIENTO, DE CARA A LA MEJOR Y MAYOR ADAPTACIÓN AL MEDIO.
II. ESTRUCTURA SUSTANTIVA
Se
trata ahora de ofrecer una definición que permita especificar propiedades,
características, y elementos que describan tanto el objeto material como
formal, identificando los componentes que constituyen la estructura sustantiva
de la Psicología de la Instrucción.
Entre
otras cosas, en este apartado habrá que tener en cuenta su contenido, siendo
quizás lo más comprometido a la hora de actuar, de manera que no se olvide
nada y, a la vez, sin invadir competencias de otras disciplinas. Por un muchas
razones, pensamos que el contenido de la Psicología de la Instrucción debe
ir en la siguiente línea:
- Psicología de la
Instrucción: Historia y evolución, concepto (objeto, contenido, método y
ubicación), influencia de la Psicología Cognitiva, teorías y modelos.
- Aprendizaje: Concepto,
procesos, modelos, estrategias y estilos de aprendizaje.
- Autorregulación del
aprendizaje: Concepto, procesos, modelos, estrategias, estilos de
aprendizaje autorregulado y feedback interno y externo.
- Aprendizaje de la
lengua oral: ¿Cómo y en qué contextos se produce y desarrolla el
aprendizaje de la lengua oral?: Naturaleza e importancia, conocimientos
necesarios para su aprendizaje, diferencias individuales, procesos
implicados, desarrollo, modelos, estrategias y estilos.
- Aprendizaje de la
lectura: ¿Cómo y en qué contextos se produce y desarrolla el aprendizaje de
la lectura?: Naturaleza e importancia, conocimientos necesarios para su
aprendizaje, diferencias individuales, procesos implicados, desarrollo,
modelos, estrategias y estilos.
- Aprendizaje de la
escritura: ¿Cómo y en qué contextos se produce y desarrolla el aprendizaje
de la escritura?: Naturaleza e importancia, conocimientos necesarios para
su aprendizaje, diferencias individuales, procesos implicados, desarrollo,
modelos, estrategias y estilos.
- Aprendizaje de las
matemáticas: ¿Cómo y en qué contextos se produce y desarrolla el
aprendizaje de las matemáticas?: Naturaleza e importancia, conocimientos
necesarios para su aprendizaje, diferencias individuales, procesos implicados,
desarrollo, modelos, estrategias y estilos.
- Aprendizaje de las
ciencias experimentales: ¿Cómo y en qué contextos se produce y
desarrolla el aprendizaje de las ciencias experimentales?: Naturaleza e importancia,
conocimientos necesarios para su aprendizaje, diferencias individuales,
procesos implicados, desarrollo, modelos, estrategias y estilos.
- Aprendizaje de las
ciencias sociales: ¿Cómo y en qué contextos se produce y desarrolla el
aprendizaje de las ciencias sociales?: Naturaleza e importancia, conocimientos
necesarios para su aprendizaje, diferencias individuales, procesos
implicados, desarrollo, modelos, estrategias y estilos.
- Aprendizaje de la
segunda lengua: ¿Cómo y en qué contextos se produce y desarrolla el
aprendizaje de la segunda lengua?: Naturaleza e importancia, conocimientos
necesarios para su aprendizaje, diferencias individuales, procesos implicados,
desarrollo, modelos, estrategias y estilos.
Estas
nuevas orientaciones nos van a permitir matizar un poco más el concepto de la
disciplina, en el sentido de que: LA PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN TIENE POR
OBJETO LA DELIMITACIÓN Y ANÁLISIS DEL PROCESO DE APRENDIZAJE Y DESARROLLO DEL
COMPORTAMIENTO DE LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO VITAL, EN ORDEN A SU
PERFECCIONAMIENTO, DE CARA A LA MEJOR Y MAYOR ADAPTACIÓN AL MEDIO.
III. ESTRUCTURA SINTÁCTICA
Al
tratar de establecer la estructura sintáctica formal que regula el tipo de
teorías y generalizaciones que sobre su objeto pronuncia La Psicología de la
Instrucción, nos encontramos con una dimensión que va desde la
descripción-explicación, hasta la predicción-intervención, lo cual nos está
lanzando de lleno a la investigación, bajo la influencia de los paradigmas que
la alumbran, lo que pone de manifiesto su carácter prescriptivo.
Aquí,
como es lógico, los paradigmas utilizados emanan de la Psicología de la Educación
(en lo referente al aprendizaje: receptivo-significativo-constructivista) y de
la Psicología del Desarrollo (en lo referente al desarrollo del comportamiento:
ecológico-contextual).
Estas
nuevas orientaciones nos van a permitir matizar un poco más el concepto de la
disciplina, en el sentido de que: LA PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN TIENE POR
OBJETO LA DESCRIPCIÓN-EXPLICACIÓN Y PRESCRIPCIÓN-INTERVENCIÓN DEL Y EN APRENDIZAJE
Y DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS SUJETOS A LO LARGO DEL CICLO VITAL, DE
CARA A SU OPTIMIZACIÓN.
IV. ESTRUCTURA ORGANIZATIVA
Como
se expuso anteriormente en el caso de la Psicología de la Educación y la Psicología
del Desarrollo, al definir una ciencia la estamos delimitando de alguna manera,
la diferenciamos de otras que no tienen el mismo objeto; clausurándola sobre
sí misma, en cierto modo, en un afán de buscar, acotar y explicar su propia
identidad, lo que exige una tarea complementaria a la que anteriormente
hemos venido realizando. Nos estamos refiriendo a la formulación explícita de
las relaciones que el objeto de estudio propio de esta disciplina mantiene con
la realidad a la que pertenece, con el contexto más amplio en que opera y se
desarrolla. De lo dicho, se deriva la formulación explícita del tipo de relaciones
existentes con las demás disciplinas; es decir, el problema de la organización
de las ciencias. Este tema nos va a remitir a la clarificación y clasificación
de las ciencias respecto a sus estructuras sustantivas y sintácticas, y al
establecimiento de las relaciones que determinadas ciencias pueden mantener
entre sí.
Para
ello, siguiendo el criterio de la mayoría de los especialistas, resumidos en Coll
(1980:42-57), pueden darse aquí también tres hipótesis respecto al nexo que une
la Psicología de la Educación con las restantes disciplinas psicológicas: extrapolación-traducción,
independencia e interdependencia-interacción.
Siendo
la última, que supone la postura ecléctica (versátil) y con ella la superación
de las dos posturas extremas anteriores, teniendo como objetivo la
investigación centrada en los problemas psicológicos específicos del
aprendizaje y desarrollo motor de los sujetos a lo largo del ciclo vital con el
fin de generar conocimiento y organizarlo sistemáticamente en forma de teorías,
leyes o sistemas; la más apropiada para esta disciplina, sin que ello pueda
suponer su falta de apoyo en cuantas disciplinas necesite y que, de la misma
forma, éstas puedan también auxiliarse en la Psicología de la Instrucción.
En
vista de todos los datos y reflexiones aportados, nos hallamos ya en situación
de poder aventurarnos en concluir una definición conceptual (provisional) más
rica, en el siguiente sentido: LA PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN ES LA
DISCIPLINA CIENTÍFICA QUE TRATA DE DESCRIBIR, EXPLICAR, CONTROLAR, PREDECIR Y
PRESCRIBIR EL PROCESO DE APRENDIZAJE Y DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS
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6. REVISTAS
6.1. REVISTAS ESPECIALIZADAS EN EL ÁMBITO DE LA
PSICOLOGÍA- American Educational Research Journal
- British Journal of Educational Psychology
- Comtemporary Educational Psychology
- Cognition and Instruction
- Education and Psychology Review
- Educational Leadership
- Educational Psychologist
- Educational Psychology
- Educational Psychology in Practice
- Educational Psychology Review
- Educational Review
- European Journal of Psychology of Education
- Elementary School Journal
- Instructional Science
- International Journal of Educational Research
- Journal of Educational Measurement
- Journal of Educational Psychology
- Journal of Instructional Psychology
- Journal of Learning Disabilities
- Journal Of School Psychology
- Learning and Instruction
- Psychology in the Schools
- Reading Research Quarterly
- Review of Educational Research
- School Psychology Review
6.2. OTRAS REVISTAS DE INTERÉS
- Annual Review of Psychology
- Applied Cognitive Psychology
- British Educational Research Journal
- British Journal of Educational Studies
- Cahiers de Pedagogie Experimentale et Psichologie de L'enfant
- Canadian Journal of Educatio
- Contemporary Education
- Curriculum Inquiry
- Curriculum Review
- Child Development
- Early Child Development and Care
- Educational and Psychological Measurement
- Educational Researcher
- Enfance
- Educational Studies in Mathematics
- European Journal of Science Educational
- Exceptional Children
- Evaluation Studies Review Annual
- Gifted Child Quartely
- Harvard Educational Review
- Higher Education
- Human Learning
- Instrucional Science: An international Journal
- International Journal of Educational Research
- International Review of Applied Psychology
- International Review of Education
- Journal of College Student Development
- Journal of Educational Research
- Journal of Experimental Child Psychology
- Journal of Experimental Education
- Journal of Experimental Psycology: Human Learning and Motivation
- Journal of Higher Education
- Journal of Reading
- Journal of Reading Behavior
- Journal of Research in Science Teaching
- Journal of Teacher Education
- Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior
- ĹAnnée Psychologgique
- Learning and Motivation
- Mathematics in the School
- Memory and Cognition
- Orientamenti Pedagogoci
- Phi Delta Kappan
- Psychology Teaching Review
- Reading Teacher
- Reading & Writing. An Interdixciplinary Journal
- Review of Research in Education
- School Effectiveness and School Improvement
- School Science and Mathematics
- Science Education
- Soviet Education
- Studies in Science Education
- Teacher Education.
-
- Theory Into Practice
6.3. REVISTAS DE INTERÉS EN PSICOLOGÍA EN CASTELLANO
- Anales de Psicología
- Anuario de Psicología
- Borbón
- Comunicación, Lenguaje y Educación
- Cuadernos de Pedagogía
- Cuadernos de Psicología
- Enseñanza
- Enseñanza de las Ciencias
- Infancia y Aprendizaje
- Investigación en la Escuela
- Investigaciones Psicológicas
- Psicología de la Educación (C.O.P.)
- Revista de Educación (MEC)
- Revista de Educación de la Universidad de Granada
- Revista de Investigación Educativa
- Revista de Psicología de la Educación
- Revista de Psicología General y Aplicada
- Revista de Psicopedagoxia
- Revista Vasca de Psicología
- Universitas Tarraconensis
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