¿Un problema es realmente un problema?
Realmente, y mirados con perspectiva, los problemas no son tanto como parecen. ¿Sabías que hay 2 formas principales de enfrentar los problemas en la vida?
¿Un problema es realmente un problema? Tal vez pueda resultar extraña esta esta pregunta, pero queremos que te imagines lo siguiente: ¿te imaginas la vida sin problemas ni desafíos? Tendríamos todas nuestras necesidades satisfechas y no experimentaríamos ninguna incomodidad, ni hambre, ni frío, ni calor. Tampoco sentiríamos emociones como la tristeza, el miedo o la rabia. Sin embargo, ¿cómo podríamos saber que estamos cómodos y felices?
Podemos discriminar las emociones y pensamientos positivos gracias al contraste con lo negativo. Sin esta diferencia, no podríamos diferenciar lo bueno de lo malo, lo positivo de lo negativo. Viviríamos en un mundo inerme, sin sensaciones, sin estímulo, muerto…
En cualquier caso, y volviendo al mundo real, los desafíos y problemas son parte inevitable de la vida. Todo depende de cómo lo percibamos. Podemos verlos como algo negativo y aterrador que nos paraliza, o podemos verlos como oportunidades para realizar valiosos cambios.
Enfrentar los problemas: El avestruz vs. Ave Fénix
En realidad, el problema no es el problema.
El verdadero problema, y el mayor obstáculo que enfrentamos, es nuestra actitud frente al mismo. Así que, en nuestras manos está el poder de decidir si seremos como el avestruz o como el Ave Fénix.
Decía Albert Einstein, “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones”.
VER MÁSDecía Albert Einstein, “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones”.
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